La guerra, el hambre, la victoria y por ultimo, como siempre, la muerte.
Se describen en la primera parte del capitulo sexto del Apocalipsis en los que también se menciona la presencia de siete pergaminos sagrados con sus siete sellos correspondientes. Y se dice que cuando el séptimo sello esté abierto el Apocalipsis comenzará.
La alegoría de los jinetes.
El caballo blanco del jinete de la victoria. Siempre con su arco y la imprescindible corona que simboliza que en la batalla salíó vencedor y la porta ya porque no habrá ninguna duda de quien será el vencedor y quienes los vencidos. También representa el triunfo de la evangelización, de su voluntad y de la palabra de Dios sobre la tierra
Es el único con un cierto significado positivo , de ahí la razón del caballo blanco. Los otros representan el mal. En realidad son las consecuencias del primer jinete que según otras versiones podría significar una falsa evangelización , una confusión con las autenticas palabras del Señor contra las seductoras palabras condicionadas de Satanás , en consecuencia puede que el primer jinete en realidad sea el mal con mayusculas.
El segundo es el caballo rojo, la guerra ,portadora de la espada del juicio final. Se le otorgó para degollar a unos y a otros y eliminar todo resto de la paz en la faz de la tierra Su espada es muy grande…
A continuación un inmenso pura sangre de color negro… Es el hambre. Lleva una balanza en la mano y repite una y otra vez el precio del trigo y la cebada, absorbe las vidas de quien se encuentra a su paso. El debe controlar el equilibrio y la contribución de la gente.
Salimos perdiendo, fue inevitable. Al otro lado de la balanza no hay mas que una pluma, como bien supieron los egipcios, y nuestra codicia no tiene limites… perdimos el control y por consecuencia ,el alma. Para terminar perdiendo la cabeza por la espada del juicio tras escuchar las palabras que podrían habernos salvado.
Allá a lo lejos ,y por ultimo, un viejo y famélico caballo bayo sobre el que cabalga el jinete de la muerte que tranquilamente y con voz suave, mientras extiende sus huesudas manos dice :”ven”.
“ Matad con la espada, con el hambre y mortandad . Sin olvidar las fieras de la tierra, ellas colaboraran con vosotros… y entre hermanos los hombres acabaron los unos con los otros.”
Pero mis jinetes, no hablan del fin del mundo, no, sino de la muy mencionada, en estos últimos años, la famosísima muerte de la pintura.
Esa es la razón por la que todas y cada una de las figuras que componen este extraño paisaje; cada montana , cada arbusto, sus jardines colgantes y sus caminos son figuras de los cuadros, dibujos y bocetos de los mejores pintores de la historia como Goya, Picasso, Edgon Shiele,Antoine Weirz hasta llegar al propio Duchamp con su última y no tan conocida pintura de la mirilla en la puerta en la que pudo demostrar que mató a la pintura pero que no fue por envidia pues él lo hacia tan bien como el mejor.
La pena es que el proyecto es tan inmenso que no he podido terminarlo en tan pocos meses. Son dos metros propios del mas puro horror vaquoi del Barroco con siluetas colgantes ente medias de las dos dimensiones que formarían ambas capas de papel.
Cuatro dibujos, cada uno perteneciente a un jinete pero todos unidos entre si formando uno solo.
Supongo que la lectura es sencilla:
Abriendo desde la izquierda un golpe de luz con las dos ultimas figuras que representan el arrepentimiento y la esperanza de la raza humana enfrentadas al gran caballo blanco de la victoria y sus palabras. Ese que ha surgido de los cielos a través de un rompimiento de gloria de donde parecen partir los cuatro.
Esa pequeña bailarina de Degás, fuera de sitio por completo, es la belleza enfrentándose a la guerra y a todos sus horrores, es pequeña pero no por ello pierde su valor.
Observamos escenas terribles propias de los magníficos grabados de Goya en “los desastres de la guerra” junto con otras imágenes que no hacen mas que representar las consecuencias de esta.
Y entre medias una niña con su gran libro. Es la sabiduría que entre la guerra y el hambre intenta poner una solución. Pero llegó tarde y ella aun es demasiado pequeña.
Hombres hambrientos devorándose, los unos a los otros, gentes cadavéricas y desoladas que caminan a ambos lados del desenfrenado caballo negro del Hambre.
Y al final cuando ella llega no quedan más que los restos marchitos de lo que un día fue mundo, de todo lo que estuvo vivo … ahora todo se fue con el último jinete. Él dijo ven y aquí ya no quedaba nada mejor.
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dondebailanloschicosdeblanco
La guerra, el hambre, la victoria y por ultimo, como siempre, la muerte.
Se describen en la primera parte del capitulo sexto del Apocalipsis en los que también se menciona la presencia de siete pergaminos sagrados con sus siete sellos correspondientes. Y se dice que cuando el séptimo sello esté abierto el Apocalipsis comenzará.
La alegoría de los jinetes.
El caballo blanco del jinete de la victoria. Siempre con su arco y la imprescindible corona que simboliza que en la batalla salíó vencedor y la porta ya porque no habrá ninguna duda de quien será el vencedor y quienes los vencidos. También representa el triunfo de la evangelización, de su voluntad y de la palabra de Dios sobre la tierra
Es el único con un cierto significado positivo , de ahí la razón del caballo blanco. Los otros representan el mal. En realidad son las consecuencias del primer jinete que según otras versiones podría significar una falsa evangelización , una confusión con las autenticas palabras del Señor contra las seductoras palabras condicionadas de Satanás , en consecuencia puede que el primer jinete en realidad sea el mal con mayusculas.
El segundo es el caballo rojo, la guerra ,portadora de la espada del juicio final. Se le otorgó para degollar a unos y a otros y eliminar todo resto de la paz en la faz de la tierra Su espada es muy grande…
A continuación un inmenso pura sangre de color negro… Es el hambre. Lleva una balanza en la mano y repite una y otra vez el precio del trigo y la cebada, absorbe las vidas de quien se encuentra a su paso. El debe controlar el equilibrio y la contribución de la gente.
Salimos perdiendo, fue inevitable. Al otro lado de la balanza no hay mas que una pluma, como bien supieron los egipcios, y nuestra codicia no tiene limites… perdimos el control y por consecuencia ,el alma. Para terminar perdiendo la cabeza por la espada del juicio tras escuchar las palabras que podrían habernos salvado.
Allá a lo lejos ,y por ultimo, un viejo y famélico caballo bayo sobre el que cabalga el jinete de la muerte que tranquilamente y con voz suave, mientras extiende sus huesudas manos dice :”ven”.
“ Matad con la espada, con el hambre y mortandad . Sin olvidar las fieras de la tierra, ellas colaboraran con vosotros… y entre hermanos los hombres acabaron los unos con los otros.”
Pero mis jinetes, no hablan del fin del mundo, no, sino de la muy mencionada, en estos últimos años, la famosísima muerte de la pintura.
Esa es la razón por la que todas y cada una de las figuras que componen este extraño paisaje; cada montana , cada arbusto, sus jardines colgantes y sus caminos son figuras de los cuadros, dibujos y bocetos de los mejores pintores de la historia como Goya, Picasso, Edgon Shiele,Antoine Weirz hasta llegar al propio Duchamp con su última y no tan conocida pintura de la mirilla en la puerta en la que pudo demostrar que mató a la pintura pero que no fue por envidia pues él lo hacia tan bien como el mejor.
La pena es que el proyecto es tan inmenso que no he podido terminarlo en tan pocos meses. Son dos metros propios del mas puro horror vaquoi del Barroco con siluetas colgantes ente medias de las dos dimensiones que formarían ambas capas de papel.
Cuatro dibujos, cada uno perteneciente a un jinete pero todos unidos entre si formando uno solo.
Supongo que la lectura es sencilla:
Abriendo desde la izquierda un golpe de luz con las dos ultimas figuras que representan el arrepentimiento y la esperanza de la raza humana enfrentadas al gran caballo blanco de la victoria y sus palabras. Ese que ha surgido de los cielos a través de un rompimiento de gloria de donde parecen partir los cuatro.
Esa pequeña bailarina de Degás, fuera de sitio por completo, es la belleza enfrentándose a la guerra y a todos sus horrores, es pequeña pero no por ello pierde su valor.
Observamos escenas terribles propias de los magníficos grabados de Goya en “los desastres de la guerra” junto con otras imágenes que no hacen mas que representar las consecuencias de esta.
Y entre medias una niña con su gran libro. Es la sabiduría que entre la guerra y el hambre intenta poner una solución. Pero llegó tarde y ella aun es demasiado pequeña.
Hombres hambrientos devorándose, los unos a los otros, gentes cadavéricas y desoladas que caminan a ambos lados del desenfrenado caballo negro del Hambre.
Y al final cuando ella llega no quedan más que los restos marchitos de lo que un día fue mundo, de todo lo que estuvo vivo … ahora todo se fue con el último jinete. Él dijo ven y aquí ya no quedaba nada mejor.
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