Fontaneros Madrid: Una mercado en auge

La capital española sigue albergando una gran cantidad de empresas, comunidades de vecinos y población que necesita agua fresca y llena de impurezas todos los días. Aquí es donde encontramos los fontaneros madrid que son gente especializada en hacernos la vida más sencilla y vivir de una forma mucho más cómoda. Su merecido trabajo y su labor hacen que muchas empresas y personas disfruten de cañerías acondicionadas para una vida llena de placeres y gustos.

Sorprende pensar que este mercado no ha parado de crecer desde la antigua historia romana y griega. Ya que su historia se remonta a los tiempos de la Antigua Roma, quienes ya construían acueductos de piedra para conducir el agua hasta las instalaciones de los palacios de sus emperadores y a sus famosos baños, así como cloacas para desalojarla una vez usada. La fontanería moderna tiene sus inicios a finales del siglo XIX con el uso de los tubos de hierro fundido para conducir el agua, los cuales se soldaban con plomo, que era fundido mediante un quemador y después vertido en las uniones. Este sistema se utilizó hasta finales de la década de los setentas, aunque para otro tipo de instalaciones no relacionadas con el consumo humano, aun se utiliza.

Como fontaneros expertos y en auge sabemos que el mayor problema lo presentan las tuberías, puesto que una sección de tubería es un miembro circular para el flujo de un fluido, líquido o gas o un sólido pulverulento , el transporte de energía de presión (aire comprimido, vapor, aceite hidromecánico, ...), a intercambio de energía a través de la pared (intercambiador de calor , el radiador ). Puede ser duro o suave (flexible ). La pared de la tubería separa el interior desde el exterior y permite que estas funciones.

La sobrepoblación humana hace que este mercado no pare de crecer, más gente implica más y más intrincado sistema de tuberías que directamente supone más incidencias y a la vez más trabajo para estos. Podríamos concluir pues, que todo por muy fino que lo cortes, siempre tiene dos caras.