El Comisario en el extranjero
por Alejandro Vera De Avila @fueledbyeibon
- 41
- 3
- 2
El prodigioso, el oscuro, el errático dos mil diez. El año en que sucedieron tantísimas cosas dentro de los círculos de la política y la economía del país. El entonces, Comisario de la Policía Federal fue enviado por sus superiores, a lado de miembros del entonces poderoso Cartel de Sinaloa, a Sicilia con la intención de reestablecer alianzas y tratados con la Mafia de dicha ciudad italiana.
La primera noche visitaron un bar con estética supuestamente brasileña, pero de Brasil solo tenía los colores. Por debajo, se encontraba una planta que daba acceso a un piso donde se exponían cuartos cerrados, con paredes de madera que tenían de forma irregular y extraña, orificios grandes. En ellos, se mostraban exhibidos cuerpos, pieles y sexos expuestos. Los famosos «Glory Hole» de Europa. La imagen del Comisario se vio asustado por la forma tan degenerada en que hombres de diferentes complexiones consumían a esos cuerpos expuestos. Pasaba por entre los pasillos y los narcos, inmutados vieron la cara del guacho apesadumbrado. Se burlaron.
—Terminamos y te chingas una de estás —Dijo uno de ellos, mientras daba unas palmadas fuertes a unos pechos pálidos y enrojecidos que acaban de pasar.
Llegaron al final de la habitación y se encontraron con una puerta hecha de acero puro. Le pidieron al guacho y a uno de los narcos hacer guardia, mientras hablaban “los hombres”. Por lo pronto, un cuarteto de mujeres desnudas se acercaron a los uniformados y comenzaron a restregar sus cuerpos en ellos y a tocarlos de todas partes. El Comisario ya había estado con putas, pero nunca en una situación así. Amaranta, Selene, Nydia y Beatrice todas de diferentes edades, estaturas, medidas y acentos intentaban desvestir el sexo de ambos varones. El criminal, sin tapujos se dejó llevar, mientras al Comisario le tomo un momento permitir el acceso a aquellas mujeres. Les comieron el miembro y antes de que acabaran, “los hombres” estaban saliendo de la habitación.
—¡Que hicieran guardia, pendejos! —Grito un narco importante.
El Comisario, no podía dormir aquella noche. Entre el cambio de huso horario y aquella escena de película porno, le había dejado perplejo. Las cuatro mujeres poseían un porte y una desenvoltura que le mantenían excitado. Quería volver a encontrarse con alguna mujer como esas. Decidió ir como cliente la noche antes de volver a México.
2 comentarios
eltallerdelajulia
PlusHola Alejandro.
No acabo de entender el sentido de tu escrito. Me cuesta mantener la atención en lo que estoy leyendo, y no consigo identificar al narrador de la historia.
Además, he tenido que releer algunos fragmentos, ir hacia delante y hacia atrás, porque faltan un montón de tildes, y cuesta identificar a qué persona te refieres con la conjugación de algunos verbos.
Creo que puedes mejorar mucho la historia y hacerla más "entendible".
¡Suerte! :-)
fueledbyeibon
Ahora que lo releo, entiendo algunos puntos a los que te refieres. Trabajaré en el escrito, aunque será una tarea difícil cambiar al narrador. Que es en primera persona, un padre hablándole a su hija en sus primeras experiencias como Padre.
Entra o únete Gratis para comentar