Mi proyecto del curso: Escritura y juego: crea cuentos infantiles
por Leonela Mota @leonelabarbarita
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El Lobo y El Gato Milu
Una mañana el lobo Guerrero se preguntó.
-¿Dónde dejé mi trozo de carne?
Estaba muy de malas porque no le gustaba ni guardar ni buscar sus cosas.
Pero sentía como sus tripas se retorcía del hambre y así que decidió ir a las cuevas más
cercanas a ver si encontraba su carne.
-Después de todo era más fácil que volver de caza-. dijo con una leve sonrisa en su hocico.
Así que, movió su pelaje y empezó a aullar cueva por cueva mientras preguntaba por su
comida y los pobres animales les temblaban las patas mientras le respondían:
-No lobo Guillermo te lo prometo, no he visto tu carne.
-Ya verás si descubro que me mientes respondió el Lobo bien fuerte y firme mientras gruñía.
Hasta que el lobo Guerrero llegó a la cueva de un delgado, perfeccionista y hermoso gato
marrón llamado Milú.
-Auuuuuuuuuuuuuuu, devuélveme mi carne Milu. Dijo él lobo Guillermo mientras entraba sin
preguntar a la cueva de Milu.
Cuando llegó al interior sus ojos se abrieron como platos al ver cómo estaba organizado
todo ahí dentro, ya que Milu tenía los muebles, zapatos y juguetes colocados perfectamente
cada uno en un lugar y por si fuera poco la cueva de Milu olía a flores silvestres recién
cortadas.
El lobo Guillermo se sacudió para quitarse el asombro de la belleza de la casa de Milu, y
aulló bien fuerte y dijo:
-Auuuuuuuuuuuuu Entrégame mi desayuno Milu.
El topo, el conejo y el elefante atraídos por el ruido y el chisme miraban desde una esquina.
El gato Milú que le gustaba ser perfecto y detestaba que le gritaran subió sus pelos y patas,
sacó los dientes afilados y sus ojos marrones brillaban de enojo mientras dijo en un susurro
al lobo Guerrero.
-A mi cueva no entres sin mi permiso y no me hables en ese tono.
Tan firme fue la respuesta de Milú que el lobo como pocas veces sintió miedo y se alejó a
su cueva corriendo.
Cuando todo pasó Milu se llenó de vergüenza por haber mostrado su enojo que pensó:
-oh no todos saben que no soy perfecto, ¿qué pensarán de mí?
A la mañana siguiente el gato Milu salió de su cueva ante los primeros rayos del sol para
buscar agua, flores y algo para desayunar, como no era de sorprenderle se había regado lo
ocurrido el día anterior !todos lo sabían!,
-Mira a Milu es tan respetable y firme- decía el topo.
Para su sorpresa lo miraban con respeto y algo de grandeza, Milu siempre soñó con ser un
Leopardo para ser popular y respetado pero esa mañana por primera vez no quiso ser nadie
más ni perfecto solo Milu ya que en su propia piel se había ganado el respeto de los demás
animales y de el mismo.
A la mañana siguiente el lobo Guerrero se preguntó:
- ¿dónde dejé mi trozo de carne?
Pero al instante recordó que estaba en la despensa de su cueva ya que ahora su amigo el
gato Milu lo había enseñado a ser un poquito más organizado.
Así fue como el lobo Guerrero dejó de perder sus cosas y el gato Milo dejó de querer ser
perfecto disfrutando más sus vidas en la selva, aprendiendo uno del otro, siendo amigos y
ayudándose.
Colorín colorado este cuento se ha terminado.
2 comentarios
antonioramosrevillas
Profesor Plushola Leonela, he disfrutado mucho tu cuento del Lobo Guerrero y el gato Milu. Creo que es ágil y rápido confirma de qué tratará la historia, solo te quiero dar un par de sugerencias. Estaría padre que exploraras cómo el gato le enseña al Lobo a ser más cuidadoso, una interacción entre ellos, donde el gato le cuente cómo ser muy ordenado y, de paso, le cuente que él no quiere ser tan perfecto, nos ayudaría a tener empatía por parte de ambos. Y lo otro es que, si tu personaje principal es el lobo Guerrero, pues con él iniciamos la historia, deja que desde su punto de vista se cuente el problema del gato. Verás que quedará todavía mucho mejor. Muchas felicidades!
leonelabarbarita
@antonioramosrevillas uff gracias por responder ☺️ lo deje reposar lo suficiente como mencionaste, le agregaré tus feedbacks. Gracias mil.
Un cálido abrazo
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