Figura expresiva

La pandemia y el confinamiento han constituido un reto para todos. Pero también han sido una oportunidad, para para y reflexionar. En mi caso tuve la oportunidad después de mucho tiempo de dibujar sin un cliente, para mí, para divertirme y pasarlo bien.

Así fue como, casi sin querer, emprendí esta nueva línea de dibujo, menos infantil y más inmediata de lo que estaba haciendo en ese momento. A causa del aislamiento forzado, necesitaba trabajar sobre el contacto humano, la intimidad. Los primeros dibujos eran algo puramente pulsional, garabatos directos sin más objetivo que el de expresar cierto deseo. Pero poco a poco, la parte plástica fue tomando la delantera, y el erotismo fue dando paso a un tratamiento más intimo del tema de las parejas.

Este proceso de creación de lenguaje fue pasando por diferentes fases: primero exploré las deformaciones anatómicas, luego mi interés pasó al uso expresivo del trazo, seguidamente a liberar el color, y finalmente añadí gouache a esos dibujos que hasta el momento habían sido sólo lápiz.

Y en ese momento momento me encuentro ahora, trabajando en este lenguaje a la vez controlado y libre, con unas reglas pero muy guiado por la intuición y lo espontáneo.