Relato corto: Corazón de cuatro patas.
por Angela Loreto Crivelli Castro @angela_crivelli_c
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Corazón de cuatro patas
Se dice que los seres humanos tenemos una inteligencia superior al resto de los seres vivos. Pero paradójicamente no lo demostramos. Tenemos todas las maravillas de la naturaleza a nuestra disposición, pero nuestra ceguera, ambición, poder y soberbia nos llevan a destruirla, cambiando la luz de vida por oscuridad irreversible.
Los árboles, las plantas, las flores son semillas únicas que crecen gritando entre nosotros su belleza y el aire puro que nos regalan. Lloran nuestra indiferencia, la que nos lleva a su exterminación en busca de una falsa felicidad, construyendo moles de cemento fríos e impersonales, que nos hacen más distantes e indiferentes.
Los animales supuestamente con una inteligencia inferior a la nuestra nos enseñan el amor incondicional, el que no tiene barreras ni cuestionamientos, el amor que da hasta que duela.
Hice esta introducción ya que de quien les voy a hablar no es un personaje cualquiera, es parte fundamental de la vida de Emma, nuestra protagonista.
Se llama Maximiliano, y Emma lo nombra Maxi, su hijo perruno. No le agrada el término mascota, ya que su significado va desde las virtudes de buena suerte hasta a animal de compañía. Pero para Emma una mascota es más que esa definición, es alguien que puede llegar a ser trascendental en la vida de un humano.
En el árbol genealógico de Emma hay muchos seres trascendentales llamados “mascotas” que estuvieron un tiempo en la vida de su padre, hermana, hijas y por supuesto en su vida. Sus nombres y enseñanzas nunca se olvidaron.
León, el perro de su padre, que lo acompañó en la adolescencia hasta que él decidió partir de su ciudad natal en busca de nuevos rumbos, le enseñó la fidelidad, el respeto al prójimo y la fuerza interior. Emma evoca con nostalgia los últimos momentos en que su padre sentado frente a la ventana de su habitación, donde el tibio sol calentaba sus frágiles y añejos huesos, recuerda con sus ojos iluminados de antaño a su querido León y como este lo impulsó a cambiar de rumbo.
Su hermana Matilda siempre que veía a un perro blanco con manchas negras en la calle, se acordaba de Duque, que tenía su propia mesa para comer y que no comía hasta que su padre se lo ordenara. Este hermano perruno le inculcó a Matilda la disciplina, el defenderse ante la adversidad y el amor incondicional.
Cuando Emma era pequeña su padre le regaló a Roco, hermoso cachorro que no lograba sostenerse en pie, ya que llegó muy pequeño. Para Emma fue su compañero de juegos, su amigo en toda circunstancia, su guía en esa casa de campo que le quedaba grande, donde se hubiera perdido sino hubiese estado al lado de su perro. Roco le enseñó la verdadera amistad, la diversión sana y el amor fraternal.
Después que murió Roco, pasaron muchos años para que Emma se decidiera tener un nuevo amigo. Era una adolescente cuando pide a su madre le regale un hermoso canario que vio en una tienda. Le puso de nombre Janito, “el cantor”, ya que todas las mañanas la despertaba con su gorjeo. Pero Janito duró muy poco en su vida, porque un día su hermana lo llevó a una obra de teatro, donde ella era la protagonista y el canario regresó resfriado. Sin poder sanar, murió en su fría jaula. Emma decidió nunca más tener un ave, ya que es muy triste la vida en cautiverio, las aves son para estar libres, afirmaba después con convicción.
Luego Emma fue a la universidad, ingresó a su primer trabajo y pronto se casó con su novio de toda una vida. Tuvo dos hijas, las que siempre le pidieron tener un perro. Pasó mucho tiempo hasta que Rocky llegó a sus vidas. Lo amaron desde el primer momento. Rocky fue un hermano perruno divertido, inquieto, travieso, con un alma libre. No había día en que no se revolcara en el barro. Era el perro más limpio del vecindario, ya que después de la diversión en el lodo se iba directo a la bañera. Repitiendo esta acción diariamente. Su muerte fue inesperada y trágica, murió atropellado por un camión, saliendo de la casa de campo de los abuelos, queriendo correr sin parar. Rocky enseñó a sus hijas el cuidado, el respeto a todo ser de la tierra y el libre albedrio.
Maxi, llegó después de la muerte de Rocky, las hijas de Emma estaban devastadas, no querían otro hermano perruno. Pero Emma no lo pudo rechazar. Era pequeño, indefenso, lleno de pelitos negros que cubrían dos aceitunas que la miraban con temor.
Lo cobijó en sus brazos y desde ese momento fueron inseparables. Era su hijo perruno, amado y cuidado con esmero.
Maxi apareció en un momento muy especial en la vida de Emma, donde la soledad y el desamor embargaban su espacio a ratos, donde su vida tenía un cauce y de pronto este se perdió, donde la contención era necesaria para volver a armar el camino y saber que rumbo tomar. Maxi fue el compañero correcto en ese momento, quien la escuchaba, la abrazaba, le daba alegría y auxiliaba en su tristeza.
Pasaban muchos momentos juntos, salían todos los días a pasear, dormían abrazados, iban al campo, a casa de los abuelos, donde él prefería estar a su lado que perseguir a las gallinas. Cuando Emma viajaba a ver a sus hijas que ya estaban en la universidad estudiando fuera, se ausentaba por unos días y Maxi no comía. Al llegar le tenía que dar la comida en la boca. Eso le hacía difícil poder salir sin él.
Le quiso buscar novia, se enamoró perdidamente de la Flo, hija perruna de una amiga, pero le fue mal, ya que la Flo no quería ninguna relación y menos ser mamá.
Luego conquistó a Diana, hija perruna del abuelo, aquí fueron aceptados sus encantos y Diana quedó preñada. Pero desgraciadamente después de dar a luz, Diana mató a sus hijos. La explicación fue que se sintió amenazada porque unos días antes, llegó a la parcela un perro desconocido, estaba algo enfermo y eso pudo asustar a Diana y la llevó a hacer desaparecer a sus cachorros. Con tristeza recibieron la noticia, ya que esperaban muy ilusionados tener alguna descendencia de Maxi.
El tiempo pasó, la vida de Emma estaba tomando su curso, ya con decisiones, proyectos y sueños. Ocurrieron grandes cambios, que de a poco iban iluminando y dando claridad a su propósito de vida.
Un día tibio de octubre despertó algo inquieta, Maxi se acurrucó en su pecho por largo tiempo, fue hermoso e inquietante a la vez, lo sintió como una despedida. Emma lo acarició con ternura, besando su peluda cara, lo miró pensando en que no quería que ese instante terminara.
Al vecindario había llegado un nuevo habitante perruno, se decía que era agresivo y que había que ser cuidadoso. Esa tarde Emma no salió con Maxi en su paseo habitual, lo hizo su marido, cometiendo el error fatal de no llevarlo con correa. Unos minutos más tarde tocan la puerta en casa de Emma, su corazón se aceleró, sintiendo el acecho de la desgracia.
Una niña con los ojos llorosos la mira y Emma le dice… Maxi murió. La niña sorprendida asiente con un sutil gesto, que se pierde entre las lágrimas de ambas.
Se derrumbó el mundo de Emma, lloró desconsoladamente, se abrazó al cuerpo inerte de Maxi, sin poder creer lo sucedido. Se iba su compañero, su hijo perruno. Nadie se imaginaba lo importante que fue ese ser para ella.
Pasaron los meses y Emma recordaba a Maxi en cada Perro que veía, buscaba en internet mascotas en adopción, pero siempre se fijaba que fueran de pelaje negro, como su Maxi.
Sus hijas le decían que sanara primero su pena, que no estaba bien buscar un remplazante. Emma lo sabía, pero era algo más fuerte que ella.
Una tarde de verano, Emma estaba sola en su habitación, observando las pequeñas partículas del sol que traspasaban la ventana. Se vio flotando sobre ellas hurgando un lugar donde cobijarse. Pero en realidad ella era una partícula perdida, buscando su propósito entre tantas otras aglomeradas a su lado.
De pronto, vio su vida hacia atrás, después de Maxi, y experimentó un regocijo y una sensación de gratitud, que de sus ojos brotó un llanto que no podía detener, pero no había tristeza en esas lágrimas, sino felicidad. Abrazó con fuerza el pequeño corazón de peluche con el que Maxi dormía y repitió muchas veces gracias, gracias, gracias.
Emma, está convencida de que en el universo hay personas y animales especiales que ayudan en la transición y crecimiento personal de cada ser humano. Ellos pueden estar en diferentes momentos de la vida o permanecer por largo tiempo. Lo importante es saber verlos, apreciarlos y agradecer por su presencia.
Maxi, fue su gran amor perruno, a quien nunca olvidará. Él le enseñó la lealtad, la perseverancia, nunca rendirse, la fuerza interior, la confianza y el perdón. En resumen, le enseñó la forma más natural de amar.
Ahora Emma no busca un remplazante para Maxi, busca ayudar a otras personas para que aprendan de otros y de ellos mismos, abrazando cada partícula de sus cuerpos, sin lastimarlos y amándose como únicos e irrepetibles.

2 comentarios
shaun_levin
Profesor PlusHola Ángela, gracias por compartir tu historia con nosotros. Por una extraña coincidencia, mi primo tenía un perro llamado Maxi, que era una gran parte de su familia, y que se parecía mucho a tu Maxi :) Me gusta cómo le das un poco de historia a las diferentes mascotas de la familia, mostrando qué papel central que juegan y cómo cada uno tiene diferentes lecciones para impartir.
Dijiste en uno de tus comentarios anteriores que decidiste escribir la historia a través de otro protagonista, lo cual creo que es una gran idea y, a menudo, es lo que necesitamos cuando escribimos algo tan personal y emotivo. Mi sugerencia sería volver a traducir la historia al "yo" :) Contar la historia desde la perspectiva de la primera persona la hará aún más identificable y emocional, que es lo que buscamos en las historias. ¡Drama! Lo que a veces sucede en tercera persona, es que crea distancia, y con una historia como esta queremos sentir la alegría y el dolor con toda su inmediatez.
Con cambios mínimos, podría decir algo así: "Maxi fue mi gran amor perruno, a quien nunca olvidaré. Él me enseñó la lealtad, la perseverancia, nunca rendirse, la fuerza interior, la confianza y el perdón. En resumen, me enseñó la forma más natural de amar. "
¡Es bueno ver por sus comentarios en los foros que tiene muchas historias esperando ser escritas! Espero que hayas disfrutado del curso y te haya resultado útil. Saludos desde Madrid!
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yakitafelipa
Gracias por esta hermosa historia, me emocione mucho
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