La pésima gestión de los manuales de identidad corporativa

Estoy haciendo una serie de aplicaciones para un ayuntamiento donde debe aparecer el logotipo de una caja de ahorros, Cajamar para más señas.

Las aplicaciones van a dos tintas: rojo y negro. Y -iluso de mí- llamo al área de marketing y diseño (bueno, he llamado primero al gabinete de comunicación, que es el que debería gestionar este tipo de cosas, pero bueno... me han pasado al de diseño) de la susodicha marca, para pedirles que me manden una imagen con la marca a una tinta, o me comenten como debe aparecer su marca a una tinta.

Le indico que el logo vectorizado ya lo tengo, pues ya lo he aplicado antes, pero que al ser a una tinta esta vez, no encuentro ninguna guía que me lo aclare.
Y resulta que la señorita que me ha atendido me dice que primero me debo poner contacto con mi cliente (el ayuntamiento), y éste debe mandar una petición a la oficina que gestiona el tema de la subvención o la ayuda, y ésta se lo manda al ayuntamiento, que a su vez me lo reenvía a mí.

Le comento amablemente que esa gestión es bastante incómoda, que si les llamo a ellos es precisamente para no molestar a mi cliente, y porque no quiero que me manden el logo ni nada, sino que me digan como va el logo a una tinta o me manden una imagen donde pueda verlo, con los porcentajes de trama si las lleva.

La chica me dice que ese es el procedimiento y que no hay tu tía. Que ellos tienen que supervisar todo lo que sucede con su marca.

Le he comentado que precisamente los manuales de identidad es para evitar este tipo de cosas, y que el 90% de la gente hará lo que yo voy a terminar haciendo: hacerlo como mejor entienda. De manera que al final, ellos no van a conseguir su propósito y yo voy a gastar 15 minutos más buscando en google cómo se ha aplicado la marca en ese caso. O en el peor de los casos, hacer yo una interpretación.

Porque NO pienso llamar a mi cliente, y este a su vez a la oficina, y luego la oficina al cliente y el cliente a mi....para ver como va a una tinta.