Una inmersión al hiperrealismo poético de Luiz Escañuela
En este Domestika Creativos, acompañamos al artista brasileño en un viaje sensorial por sus obras e inspiraciones
¿Qué es lo real en la era de la imagen? Estamos estimulados por millones de imágenes todo el tiempo: televisión, fotos, videos, redes sociales, obras de arte... Ante este escenario, aumentar o disminuir la proporción de la representación imaginaria de algo es una forma de guiar la atención del espectador hacia el planteamiento de un determinado tema e invitarle a una experiencia visual y sensorial.
Para el artista brasileño Luiz Escañuela, durante el proceso de maximización y minimización "la información contenida en la materia inicial, en la referencia, se resignifica y potencia dentro del cuadro". Sus obras exploran la intercesión entre el cuerpo humano y la naturaleza, al tiempo que proponen reflexiones sobre cuestiones sociales, identitarias, territoriales e históricas.
En este episodio de Domestika Creativos, conoce más sobre las obras e inspiraciones de este pintor, que mezcla técnicas de pintura hiperrealista con el dibujo anatómico y la texturización para crear obras que estimulan la percepción humana. ¡Disfrútalo en el siguiente video!
A imagen y semejanza
"Tanto en la dimensión macro como en la micro podemos interpretar las relaciones que nuestros cuerpos tienen con el funcionamiento orgánico de la naturaleza", dice Luiz.
En sus obras, estos patrones imaginativos de forma y movimiento aparecen en la conexión entre venas y valles, arrugas y ríos, nervios y raíces, entre otras muchas asociaciones. El artista ejemplifica: "Las formas en que se abren nuestras venas se asemejan al mapa fluvial de una ciudad o país".
En algunas de sus obras, Escañuela resignifica la escala tanto de la piel humana como del mapa de un río, en este caso presentando estos elementos en una relación de escala inversamente proporcional a la real.
Orden y caos
El proceso creativo de Luiz implica mucha planificación, detalle y pericia. "Para mí, extraer la inspiración de la observación requiere disciplina", explica.
El propósito de sus obras va acompañado de un diseño meticuloso y un proceso creativo que puede considerarse más mental que impulsivo.
Sin embargo, en sus obras más recientes, el artista ha comenzado a explorar su cuerpo en el proceso de texturización del lienzo en blanco.
Fue un momento para desconectarse de la meticulosa planificación del cuadrado de cinco centímetros de hiperrealismo y explorar nuevas posibilidades de orden dentro del caos.
Del final al principio
"De una forma u otra, siento que un cuadro es una continuación del otro, por lo que la sensación de finalización nunca es una experiencia completa", afirma Luiz.
Cuando una obra está en proceso o se está terminando, el artista ya comienza otra, aunque sea en la idea o en el proyecto, por lo que existe esa sensación de continuidad entre sus obras.
Sin embargo, cuando se presenta al público, la sensación es diferente, ya que algunas lecturas finales son completamente distintas a sus intenciones iniciales y esto desconecta la obra del artista y hace que cobre vida propia. "No hay un punto final en el proceso artístico", concluye.
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