Raubdruckerin: la calle es su taller de grabado
Llegan, entintan y se marchan con una camiseta, un bolso o un póster emblemático de la ciudad. Así funciona este taller.
Si has tenido la oportunidad de pasearte por las calles de Berlín, hay muchas posibilidades de que te hayas fijado en las maravillosas tapas de las alcantarillas que salpican el asfalto. En ellas han sido forjadas los monumentos más emblemáticos de la ciudad, lo que las convierte en un objeto indiscutiblemente fotografiable para visitantes y locales que ven en ella una original postal de una de las grandes capitales europeas. Los chicos de Raubdruckerin tampoco son ajenos a la belleza de ese símbolo de la ciudad y lo han aprovechado para usarlo como elemento de grabado.

Aunque en realidad, el proyecto comenzó en el año 2006 en Portugal cuando su artífice principal, Emma France Raff, todavía vivía cerca de Lisboa. Allí se lanzó con su padre, pintor, a las calles de la capital lusa para comenzar a utilizar el mobiliario urbano como plantillas para sus stencils textiles. Pronto el proyecto se expandió a otras ciudades como Barcelona, Ámsterdam, París, Bruselas, Oporto o Madrid y todos los ojos de quienes colaboran con Raubdruckerin están siempre alerta en busca de nuevas superficies que les permitan seguir ampliando el catálogo de diseños callejeros.

El modus operandi es sencillo. Basta con identificar una superficie con relieve con un diseño que les gustaría ver estampado en una camiseta, en un bolso o simplemente colgado en la pared. Podría decirse que se trata de un taller nómada y portátil. En Raubdruckerin trabajan en la calle, impregnando de tinta la propia superficie y creando cada prenda a mano, sujetos a las inclemencias del tiempo, haciendo todo el proceso algo muy cercano al destinatario final de sus prendas y objetos impresos.

















Además de buscar siempre nuevas superficies que usar como plantillas para sus grabados, el equipo de Raubdruckerin imparte constantemente workshops y talleres de impresión callejera.
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