El surrealismo pictórico de Esther Sarto
Una densa vegetación de colores galácticos esconde perturbadoras escenas surrealistas en la obra de esta artista danesa.
Los inicios de Esther Sarto en el mundo de la ilustración hay que salir a buscarlos a la calle. Esta joven artista danesa hace relativamente poco que decidió cambiar los muros por el papel, o más bien ampliar sus horizontes, porque todavía es posible encontrar sus trabajos en las medianeras de los edificios de Copenhague firmados con el nombre de Miss Take, su pseudónimo de artista callejera.

Quizás porque la pared no le permitía alcanzar el grado de detalle que el gouache y el papel sí le otorgan, o porque necesitaba ampliar su espectro de soportes sobre los que dejar su impronta artística; pero lo cierto es que el trabajo de Esther Sarto tiene un halo de emoción y denuncia social que funciona tanto en la calle como en un hábitat más privado.

Sus pinturas están llenas de erotismo y confusión, como una discípula de El Greco, Esther Sarto, callada y reservada por naturaleza, recrea el surrealismo que invade sus sueños y sus pensamientos. A base de composiciones intrincadas llenas de alusiones y dobles sentidos, la artista pinta cuerpos deformes y estructuras imposibles.













Esther Sarto apenas tiene 25 años, pero sus trabajos están llenos de alegorías y sueños surrealistas.
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