El fotógrafo argentino detrás de una de las fotos del año 2021
Pablo Tosco cuenta la historia de su fotografía premiada en el World Press Photo y cómo trabaja un profesional
Pablo Tosco es argentino pero fue en Barcelona donde encontró la oportunidad de desarrollar una carrera como fotógrafo documental que lo llevó a ganar recientemente uno de los máximos premios en el terreno del fotoperiodismo y a armar su propia agencia de contenidos para el tercer sector, organizaciones y fundaciones.
Hace pocas semanas su trabajo Yemen: el hambre, otra herida de guerra, que muestra las consecuencias para las mujeres de seis años de conflicto armado en el país árabe, se llevó el primer premio en la categoría de Asuntos contemporáneos del concurso del World Press Photo 2021, y también fue nominada a la Foto del Año, que finalmente ganó el abrazo de una enfermera y una anciana en pandemia.
Pablo Tosco nació en Córdoba, Argentina. En esa provincia realizó la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social y, también, hizo parte de la carrera de cine. En 2000 viajó a Barcelona de la mano de una semi beca para estudiar un máster en Producción de Documentales y luego, hizo un posgrado en Antropología Visual. Pero, cuando estaba por regresar a Argentina a finales de 2001, estalló una enorme crisis económica y el banco se quedó con sus ahorros.
Pablo decidió buscar nuevos horizontes y aceptó el desafío que le propuso la fundación catalana Vicente Ferrer de viajar al Sur de India para cubrir el trabajo de la fundación para mejorar las condiciones de vida de familias del colectivo de los descastados, una enorme clase social que, aun con el sistema de castas abolido, todavía no accede a condiciones de vida dignas.
Esa sería la primera puerta de una carrera dedicada a documentar visualmente proyectos de cooperación, desarrollo y acción humanitaria en África, América Latina y Asia. Esta carrera le valdría unas cuantas lágrimas y también le permitiría ganar uno de los premios más importantes en el terreno de la fotografía.
Hablamos con Pablo comprender cómo fue el camino que lo llevó a tomar una de las fotografías del año.
Pablo, hablemos del comienzo de tu carrera ¿por qué aceptas el trabajo con la Fundación Vicente Ferrer en India?
Yo nunca había estado en India pero tenía cierta experiencia en acercar la cámara a quienes no tienen voz. A los 15 años empecé a trabajar en el video club de mi primo en el barrio Villa 9 de Julio, a las afueras de Córdoba, en Argentina. Una zona muy marginal y empobrecida. En un momento, mi primo compró una cámara de VHS y empezamos a grabar cumpleaños, bautismo y bodas en estos barrios en potreros, en canchas, pisos de barro, o en corralones.
Empezamos filmando eventos sociales que agrupaban a todo el barrio pero, de a poco, yo empecé a conocer organizaciones que trabajaban para solucionar diferentes problemáticas. Por entonces Córdoba apenas tenía un canal de televisión y dos diarios, entonces el tema era cómo hacer para darle visibilidad a esas historias. Hoy tenemos muchos medios y redes sociales pero el tema sigue siendo el mismo ¿cómo hacemos para que la historia de una guerra o un conflicto se abra paso entre toda esta información?
A lo largo de tu trayectoria trabajaste en Angola, en campos de refugiados en la República de Chad, en la República Centroafricana, en Sudán del Sur, en Yemen y en muchísimos lugares ajenos a tu cultura ¿Cómo logra un fotógrafo aproximarse a esos lugares de manera respetuosa y efectiva a la vez?
Es fundamental el trabajo en equipo. Sin un equipo en el que confiar, esto es imposible. La mayor parte de mi trabajo lo hago a través de Fundaciones. Después de la experiencia en la India con Vicente Ferrer, trabajé durante 16 años con Oxfam Intermón, una confederación internacional que realiza tareas humanitarias en 90 países. Nunca llegué solo a esos lugares, siempre entré de las mano de equipos que están realizando tareas en crisis, catástrofes naturales y guerras.
En estos equipos hay el fixer, una figura clave que nos ayuda a quienes vamos a hacer tareas de comunicación. El fixer es quien te vincula con la comunidad local: conoce el idioma y también los códigos, su cultura, su identidad,.. A través del fixer podés acercarte respetuosamente a las comunidades para comenzar a construir un relato.
Ellos tienen la sensibilidad para ayudarte a encontrar el enfoque y encontrar historias en situaciones tan difíciles. Del fixer además, depende tu seguridad, es la persona en quien confías, es la person que te asegura que la ruta por la que te están llevando es la correcta, que estás en zonas que no van a ser bombardeadas. También hago trabajo sin ellos, y en esos casos, a través de colegas y de profesionales que trabajan en ciertas zonas conflictivas como puede ser la de la guerrilla colombiana, intentamos dar con personas de confianza que nos reciban para el trabajo puntual que queremos hacer.
¿Se puede vivir de hacer este tipo de coberturas periodísticas?
Periodísticas no. Tal vez uno o dos medios, como The New York Times podría pagar bien, pero estos trabajos no tienen precio. Y no todo se compra con dinero. Este es un trabajo que puede tomar años, que lleva relaciones, decisiones, riesgos. En general, quienes trabajamos en esto lo hacemos de la mano de ONGs y, eventualmente vendemos las historias que tienen precios más bien simbólicos, no cubren lo que vale en términos económicos, no cubren ni las llamadas telefónicas.
Tu foto recientemente premiada en World Press Photo forma parte de una serie que sintetiza la situación de las mujeres en Yemen. ¿Cuál fue el camino hacia esa imagen?
Llegamos a esa foto mediante un trabajo muy largo junto a la periodista Júlia Serramitjana. Estuvimos dos años y medio gestionando la posibilidad de entrar a Yemen. Nadie puede entrar a esa zona sin autorización del Gobierno y nos rebotaron los papeles dos veces. Finalmente nos aceptaron en febrero del 2020 como parte del equipo de comunicación de Oxfam Intermón.
Yemen lleva cinco años en guerra. Es uno de los países donde a cola de la Primavera Árabe un colectivo de mujeres muy grandes y con mucho poder intentaban exigir un cambio de la Constitución. Pedían que la mujer pueda acceder a la escuela, que se abolieran los matrimonios infantiles, que la mujer pueda salir a trabajar y a garantizarse su alimento. Y entonces llegó el conflicto armado. Todo ese tipo de reclamos quedó tapado, suspendiendo, anulado, desde hace casi seis años y ha habido un retroceso hacía la época medieval. El país ha quedado dividido producto del conflicto armado y no hay lugar para ningún derecho, mucho menos los femeninos.
¿Quién es la mujer de la foto y qué representa?
Fátima forma parte de esas historias que podíamos documentar sobre el impacto de al guerra en la vida de las personas civiles y, fundamentalmente, en las mujeres.
Fátima tiene 34 años y 9 hijos y, de alguna forma, ella logra hackear ese sistema. Fátima es de una comunidad de pescadores que fue arrasada por la guerra pero ella logró volver. La zona es ahora un gran cementerio de botes destruidos por el conflicto, pero ella volvió a su lugar con sus 9 hijos, consiguió una red y empezó a pescar para alimentar a sus chicos. Luego empezó a vender el pescado. Con esas ganancias le alcanzó para comprar un bote y más redes. En una zona totalmente destruida, ella cuestiona todo por el solo hecho de salir a proveerse y decidir qué hacer con lo que pesca. En ese contexto, lo que hace es hackea una estructura de poder tan tradicional y conservadora. Es aún más notable que lo hace durante un conflicto armado, cuando nadie, y muchos menos las mujeres, tienen derechos.
La historia de Fátima nos permite poner en evidencia toda una serie de opresiones contra la mujer en general, y en particular la mujer en Yemen. Por su condiciones de mujer, por su condiciones de mujer en guerra, por su condición de mujer rural, por su condiciones de mujer rural obligada a casarse cuando es una niña, por su condición de madre sola y pobre, por las leyes de su país que no le permiten ni ganarse el alimento y decidir qué hacer con el poco dinero que tiene.
¿Con qué equipos trabajas?
Trabajo con una Canon 5D Mark III y una Sony Alpha. Una es DSLR y la otra es Mirrorless. Son cámaras viejísimas pero son super prácticas.
Actualmente vivís en Barcelona. ¿Cómo se vuelve a la vida normal después de vivir historias así?
Muchas veces vuelvo diciendo que es la última vez que hago esto. Pero acá estoy, todavía no lo dejé.
La exposición World Press Photo 2021 en Barcelona, organizada por la Fundación Photographic Social Vision se podrá visitar del 10 de noviembre al 12 de diciembre de 2021 en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB).
0 comentarios