Este diseño sostenible aspira al mayor Premio de Arquitectura de Europa
La UE nomina a dos españoles por un proyecto sostenible y humano para un pueblo de Soria de 150 habitantes
Rocío García Peña y Pedro Torres García-Cantó, los creadores de BIZNA Estudio, son dos arquitectos españoles que se conocieron mientras estudiaban arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Madrid. Desde entonces han querido realizar un proyecto juntos, desde cero. La ocasión les llegó cuando el Ayuntamiento de Noviercas, un pueblo de 150 habitantes de la provincia de Soria convocó un concurso para rehabilitar un espacio construido en 1970, conocido como Teleclub.
Con un enfoque actual, Rocío y Pedro diseñaron un proyecto que respondía a los requisitos del concurso pero sumaron, además, un enfoque que garantizaba eficacia energética, inteligencia en el uso de los recursos y una dimensión humana fundamental. Su proyecto no solo fue el elegido, sino que terminó nominado al Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea, Premio Mies van der Rohe, el máximo galardón de arquitectura contemporánea de Europa. También ha sido finalista de los FAD, el más importante de España.
Hablamos con ellos para conocer cómo concibieron la obra y cómo diseñar pensando en una estrategia energética sostenible más allá de las normativas.
Rocío y Pedro ¿Cómo llegasteis al proyecto del Teleclub?
Pedro: Fue a través de un concurso que lanzó el Ayuntamiento de Noviercas. El concurso era anónimo y abierto y establecía ciertas condiciones que a nosotros nos resultaron muy interesantes. Sobre esas condiciones hicimos una propuesta y, afortunadamente, fuimos los elegidos.
Rocío: Al jurado le gustó cómo habíamos entendido la necesidad de ser flexibles y que, además, habíamos planteado una estrategia climática. Al parecer, eso fue lo que puso en valor el jurado.
¿Qué tan usual es que los proyectos arquitectónicos contemplen la estrategia climática en España?
Pedro: Hay una parte de la normativa española que está cada vez más enfocada hacia este control energético. Ya sabemos que las torres de vidrio, por ejemplo, por más atractivas que puedan parecer, solo sirven para cocer personas dentro y gastar mucha energía.
Lo que aprendimos en Paraguay lo hemos usado aquí y curiosamente tiene, también, algo de belga. La construcción del Teleclub tiene cosas de catálogo pero usadas con otras funciones. -Rocío García
Rocío: Hoy se tiene cierto miramiento básico sobre la orientación de las fachadas, los materiales, los tratamientos, pero es cierto que algunos arquitectos solo se limitan a cumplir con la normativa y otros prefieren ir más allá. Nuestro objetivo siempre es mirar más allá y sacar el mayor contenido al contexto. Esto va desde la parte climática a la parte económica, social, y cultural.
¿Cuál es el contexto que les presentó este proyecto?
Rocío: En el proyecto había algunos requisitos puntuales que tenían que ver con muchos posibles usos del espacio. Por ejemplo, que se pueda hacer una muestra artística y una obra de teatro y, también, organizar una cena con 250 personas. Noviercas es un pueblo pequeño pero cuenta con mucho arraigo, en verano y en las fiestas locales la población se multiplica. Todo eso lo contemplamos. Una vez que ganamos el concurso, además, fuimos a conocer el espacio. Ya con solo ir hasta allí te vas dando cuenta, poco a poco, de cómo cambia la zona y al final, hablando con el alcalde, los concejales, te vas enterando de cómo funcionan las cosas allí, lo que es realmente importante. Y entonces fuimos adaptando lo que nosotros teníamos pensado con lo que ellos nos pedían. Fue un
trabajo conjunto.
La flexibilidad es sostenibilidad. Este edificio es flexible y eso hace que a lo largo de los años pueda seguir respondiendo a usos que ni siquiera tenemos previstos hoy en día. -Pedro Torres
Pedro: investigamos el concepto de Teleclub, por ejemplo, ya que no lo manejábamos muy bien. En España en los años 60 o 70 se llegaron a hacer seis mil Teleclubes, que era el primer lugar que traía la televisión al pueblo. Era una televisión pública pero la actividad que se genera ahí va más allá de un centro social. Este sitio, en concreto, es el único bar del pueblo pero también es el sitio al que el panadero lleva el pan y lo distribuye, al que llega el correo, el periódico, donde está el repetidor de wifi, donde se enchufa el banco, que va en furgoneta.
Rocío: También es el lugar en el que se juega a las cartas. Para ellos era muy importante esta actividad. También un espacio para celebrar eventos privados cuando la casa se queda pequeña. Es interesante que en una comunidad muy pequeña ese lugar representa una extensión de lo doméstico, un rincón cultural y un espacio social.
Ustedes lograron adaptar todos estos usos en 550 metros cuadrados y, además, crear un proyecto con una estrategia climática y energética sostenible...
Pedro: Noviercas está a 1.100 menos de altura. En invierno nieva y hay un viento norte bastante fuerte, entonces hemos diseñado esta edificación para que pueda cerrarse de completo a norte y protegerse del frío. Pero, como también tienen mucho sol, se abre hacia el sur para beneficiarse de las horas de luz.
El edificio tiene dos salones principales, uno que es la cafetería y otros que es un salón polivalente a los que se les adosa este colchón. El colchón es un espacio que tiene piel de policarbonato para que entre el sol y precaliente el espacio. Lo que hace en el verano es justamente lo contrario, el sol calienta pero el espacio se ventila, de manera que el calor no llega nunca a meterse al interior.
Y, luego, existe la opción de abrirlos completamente y que corra aire, ya que la ventilación es cruzada. Los colchones son como un tercio de la superficie y con ese tercio ayudamos a climatizar los otros dos. Lo cierto es que este tercio, con este colchón, es un sitio agradable y no necesita aclimatación.
Habéis trabajo en Paraguay, Francia, Estados Unidos y Bélgica. ¿Sentís que esas experiencias han influido en vuestros enfoques?
Pedro: Aunque el clima es muy distinto, algunas de las cosas que aprendimos en Paraguay tal vez fueron similares en cuanto a gestión y recursos. Allí trabajamos en el estudio de Solano Benítez gracias a una beca y lo hemos visto ser muy creativo con recursos limitados. Por ejemplo, Solano trabaja mucho con el ladrillo, lo utiliza de mil maneras y lo hace rendir mucho. Soria parece que está cerca pero era complicado llegar ahí con ciertos materiales por lo cual acabamos apañándonos con lo que teníamos.
Rocío: El espíritu que aprendimos en Paraguay lo hemos usado aquí y curiosamente eso tiene, también, algo de belga. La construcción del Teleclub tiene cosas de catálogo pero usadas con otras funciones. Por ejemplo, los umbrales de las puerta, lo que pisas cuando pasas una puerta son el bordillo de calle, de la carretera. Necesitábamos una pieza prefabricada y esa funcionó muy bien. Para los suelos acabamos usando pavimento, hormigón visto, normal. Se puso, se pulió, y ha resultado dando un aspecto super interesante colaborando con esa flexibilidad que buscábamos.
¿Creen que esa flexibilidad da al proyecto una mejor perspectiva a futuro?
Pedro: Definitivamente vemos la flexibilidad como un tema de sostenibilidad. Este edificio es flexible y eso hace que a lo largo de los años pueda seguir respondiendo a usos que ni siquiera tenemos previstos hoy en día. Si hay algo que ya entendimos es que lo que más necesitamos para pensar en el futuro es la flexibilidad.
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