Júlia Sardá, una ilustradora con mucho cuento
Ha ilustrado clásicos de la literatura infantil, actualizando las historias que nos acompañaron en nuestra infancia.
Aunque es innegable que el éxito en el mundo de la ilustración no puede conseguirse de otro modo que no sea a base de esfuerzo y trabajo, en el caso de Júlia Sardá un alto porcentaje del empeño por esta profesión tiene componente genético. Su padre, pintor de profesión, fue quien la indujo a dedicar su vida a dibujar y desde el primer momento se convirtió en su mayor influencia. Trabajó durante un tiempo para la línea editorial de Pixar, dando forma a personajes de videojuegos y películas de animación, pero no tardó en encaminar sus pasos hacia el mundo de los libros infantiles.

Dándose un paseo por su portfolio es fácil encontrar algunos de los títulos más míticos de nuestra infancia, a los que la ilustradora barcelonesa ha puesto imágenes. El mago de Oz, editado por el Círculo de Lectores fue uno de sus primeros títulos, al que siguieron Mary Poppins (Círculo de Lectores), la edición francesa de Alicia en el país de las maravillas, Oliver Twist ( ambos de Fleurus Éditions), O jardim secreto (Salamandra) y Charlie y la fábrica de Chocolate (Círculo de Lectores). En el año 2014, además, el libro El tesoro de Barracuda ilustrado por Júlia Sardà fue galardonado con el premio El Barco de Vapor.


Y es que sus ilustraciones desprenden delicadeza y nos transportan a las páginas de esos libros que devorábamos de niños y que nos sorprendían una y otra vez con sus historias. Cada ilustración es una aventura en sí misma y nos ayuda a grabar en la memoria cuentos que se transmiten generación tras generación.



















Júlia Sardá ilustra los cuentos que recordaremos gracias a sus historias, pero también por las imágenes que las acompañan.
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