El mismo diablo se cuela en las ilustraciones de Tiago Galo
Ilustraciones con bajo nivel de detalle y gran cantidad de narrativa salidas del lápiz de un ilustrador lisboeta.
El camino que ha seguido Tiago Galo en el mundo de la ilustración ha sido zigzagueante desde el inicio. Comenzó, como la mayoría, de niño; aunque la senda universitaria le llevó a matricularse en la Universidade Técnica de Lisboa para cursar estudios de arquitectura. Nunca dejó los lápices por completo, mientras estudiaba colaboraba con sus ilustraciones en fanzines y exposiciones, lo que le condujo a ganar el premio al mejor cómic en el Festival Internacional Amadora BD en el año 2011.
La arquitectura pasó en ese momento a un segundo plano y Tiago se propuso reemprender su educación como director de arte en la escuela Edit de Lisboa. Desde entonces trabaja como ilustrador y diseñador freelance aplicando su sentido del humor y su ironía en cada uno de sus trabajos. Recreando escenas cotidianas en las que, con frecuencia, introduce moralejas en forma de angelitos y diablos.
Las ilustraciones de Tiago Galo nacen de situaciones cotidianas y por lo tanto, muestran escenas del día a día mezcladas con el característico sentido del humor de este artista portugués y aderezadas con una paleta de color sencilla pero altamente efectiva y bien seleccionada que acompaña a la perfección su estilo poco detallado pero altamente narrativo.
Con una paleta de color básica, figuras sencillas y muchas curvas Tiago Galo consigue dejarnos enganchados a sus ilustraciones.
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