Dibujos de infancia: ilustrando recuerdos
Las ilustradoras Fabi (del dúo Marmota Vs Milky), Brenda Bossato y el ilustrador Weberson Santiago recrean dibujos que hicieron de pequeñas, en el caso de ellas, o una ilustración de su hija, en el caso de él, y nos dan consejos sobre la creatividad
Celebrado el 12 de octubre en Brasil – y en fechas muy variadas según qué país –, el Día del Niño es una ocasión especial no solo para los más pequeños, sino que sobrevive en la memoria de miles de adultos por su carácter nostálgico y emocional. En diferentes naciones, incluso tiene un deje reivindicativo y se conmemora el 20 de noviembre por la publicación ese día, en 1959, de la Declaración de los Derechos del Niño por UNICEF – un documento que recoge una serie de garantías mínimas de las que todo niño debería gozar: alimentación, amor y educación, entre muchas otras.
Aunque en algunos lugares la fecha se haya convertido en una celebración comercial, durante la cual la industria de juguetes lanza nuevas armas para atraer a los jóvenes consumidores, es también un momento de conectar con los niños – incluso con nuestro niño interior.
Es precisamente este el ejercicio que hemos propuesto a tres creadores brasileños, quienes hacen un viaje afectivo hacia su propio pasado. Brenda Bossato (@brebossato) y Fabi (del dúo Marmota Vs Milky, @marmotavsmilky) recrean dibujos que hicieron de pequeñas. El tercero, Weberson Santiago (@webersonsantiago), reinterpreta un dibujo creado por su hija Mariana, de 8 años. Descubre más en el vídeo:
Invitada a volver a su pasado y darse consejos sí misma de pequeña, con la perspectiva de lo que hoy sabe sobre su carrera y la creación artística, Fabi no lo duda:
“¡No desistas! Se suele decir que trabajar en el arte es difícil, que es para pocos, que hay que tener buenos contactos para triunfar. O que dibujar no da dinero, que mejor sería hacer ingeniería o informática. Crecí oyendo cosas así. Siempre me pareció que esto (vivir del arte) no era para mí, porque soy tímida. De adolescente, llegué a dedicarme a la informática, dejé de dibujar y abandoné lo que me gustaba hacer. Al buscar trabajo en aquella área, me preguntaron durante una entrevista qué era lo que quería para mi futuro. Yo, nerviosa, solté: dibujar. Una respuesta muy sincera y directa. Me di cuenta de que debería cambiar, hacer algo relacionado con el arte. Tú vas a crecer, te vas a desarrollar, no te preocupes. Todo saldrá bien, solo tienes que seguir, creer que podrás lograrlo."
Para Brenda Bossato, el mensaje es:
"Si yo fuera una mosquita, iría a mi oreja y diría algo como '¡oye, cree en ti! No desistas, sé que es difícil pero continúa, intenta no mirar tan a menudo a los lados. Y, si lo haces, intenta mirar con sabiduría... Tira hacia adelante, llegarás a un lugar muy increíble y llevarás contigo a gente igual de increíble.”
Weberson, por su parte, recomienda:
"Yo le diría que siguiera dibujando, sin fijarse tanto en el resultado, porque el resultado es una consecuencia del simple acto de hacerlo. Poco a poco, terminas encontrándote con lo que quieres y puedes hacer, es una cuestión únicamente de sintonía. El acto de dibujar le enseña al niño cómo conectarse consigo mismo. Puedes establecer una conexión entre tu voluntad y tus sueños y aprender a controlar un poco esa ansiedad de querer hacer cosas. Y la verdad es que las cosas suelen suceder de una manera inesperada."
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