¿Qué es la luz dura y la luz difusa en fotografía?
Aprende a dominar la luz para que tus fotografías sean siempre exactamente como las imaginaste
Cuando hablamos de fotografía, la luz natural puede ser uno de los elementos más inesperados de un shooting. Hasta el momento preciso en que nos colocamos detrás de la cámara no podemos estar seguros al 100% del tipo de luz con el que estamos trabajando y esto hace que debamos conocer la manera en que esta modificará el resultado final de la fotografía.
Zony Maya domina a la perfección este aspecto de la fotografía y nos explica la diferencia entre luz dura y luz difusa y cómo actuar ante cada una de ellas para obtener fotografías increíbles.
Luz dura
La principal característica de la luz dura son las sombras definidas; en una fotografía con luz dura es muy sencillo ver y delimitar dónde empieza una sombra y donde termina. Esto, además, provoca un alto contraste: las partes iluminadas por la luz son muy brillantes y aquellas marcadas por la sombra están muy oscurecidas.
En una fotografía con luz dura la luz es principalmente blanca o tiene un tono cálido muy característico. La intensidad de la luz es también mayor, como hay mucha luz y mucha sombra, puede verse claramente la incidencia de la fuente lumínica.
Luz difusa
Cuando la luz del sol pasa a través de otro elemento (como una nube, una tela, un papel...) la luz pierde intensidad y se difumina. La luz llega al cuerpo que ilumina en forma de rayos más pequeños que no siguen una línea recta, sino que se dispersan, provocando un efecto completamente diferente al de la luz dura.
En este caso las sombras son mucho más tenues y difusas; los contrastes también están mucho menos marcados y resulta complicado discernir dónde empiezan y dónde acaban las luces y las sombras. A diferencia de la luz dura, la luz difusa tiene un tono algo más azulado y, sin duda, la intensidad de la luz es mucho menor cuando usamos difusores para hacer fotografías.
Cómo trabajar con luz dura y luz difusa
Hay ocasiones en las que resulta imposible controlar por completo la luz, por ejemplo cuando la luz natural es muy cambiante, y debemos buscar una manera de poder hacer fotografías y obtener buenos resultados. La labor del fotógrafo consiste en compensar la exposición para que la fotografía no se subexponga o se sobreexponga.
Para compensar una luz demasiado dura que podría incidir en lugares que no te interesan para el resultado que quieres lograr tienes varias opciones. La primera es mover a tu modelo para hacer que esa luz dura juegue a tu favor. Sin embargo, si lo que buscas es difuminar esa luz, puedes utilizar un difusor —que puede ser una simple tela como una sábana, por ejemplo—. Recuerda, eso sí, que si trabajas con luz difusa tendrás que abrir más el diafragma o bajar la velocidad del obturador y deberás adaptar también estos parámetros si vas a disparar con luz dura.
Para aprender a fotografiar con luz natural como un profesional apúntate al curso Iluminación con luz natural para principiantes en el que Zony Maya te enseña a sacar el máximo provecho a la luz del sol para crear retratos con tu cámara réflex.
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