Daniel Montero es mediador entre la ilustración y la palabra
Siempre se le ha dado mejor comunicarse a través de los dibujos que de las palabras. Ya de niño dedicaba sus horas muertas a la ilustración editorial.
En realidad lo que hacía era pintarrajear los márgenes de los libros de texto, pero Daniel Montero Galán no ha dejado de poner imágenes y color a los libros desde entonces. Ahora lo hace de manera profesional y ha depurado la técnica, pero lo cierto es que ese afán por llenar de imágenes los lugares en los que sólo había letras en los albores de su niñez ha marcado su futuro de una manera que por aquel momento ni se habría imaginado. Podemos decir, entonces, que se trata de verdadera vocación.


Lo suyo son los lápices, de eso no hay duda. Hay ilustrado numerosos cuentos para niños, novelas para adultos y ha firmado otras tantas portadas y posters casi siempre relacionados con la cultura. Sin embargo, aunque se diga poco ducho en las palabras, tiene en su haber varios libros en los que es autor tanto de las historias como de las ilustraciones que pueden encontrarse en su interior.



La mayoría de sus trabajos se centran en una paleta de colores básica, que aporta a su obra fuerza y sencillez, permitiendo a Daniel Montero permitirse el lujo de jugar con las sombras, las perspectivas y los dobles sentidos.






Daniel Montero Galán hace juegos de palabras a través de sus dibujos, creando una conexión indivisible entre la ilustración y la literatura.
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