Freddy Mamani es el rey de la arquitectura andina

Irrumpió en el mundo de la arquitectura con fuerza y ya cuenta con seis decenas de edificios en El Alto, la segunda ciudad más grande de Bolivia.

Freddy Mamani no es arquitecto, sino albañil y como más de millón y medio de sus compatriotas, tiene origen aimara. También lo son la mayoría de los clientes para los que construye edificios y es por eso por lo que su estilo, inspirado en la cultura Tiwanaku, ha tenido tanto éxito en esta ciudad hasta ahora caracterizada por una construcción simple y modesta.

Estas nuevas construcciones muestran los colores característicos aimaras, figuras zoomorfas,
cruces andinas y multitud de cristales y espejos que representan los coloridos ropajes típicos usados por las mujeres tradicionalmente en Bolivia. Estas modernas construcciones son el vehículo que Freddy Mamani utiliza para adaptar la cultura con la que ha convivido toda su vida al tiempo y ritmo de vida actuales.

Muchos han sido los que han visto con escepticismo la llegada de los cholets (de la contracción de chalet + 'cholo', un término peyorativo utilizado en Bolivia para referirse a la población indígena) a El Alto, pero los vecinos del altiplano andino, muchos de ellos emigrados a las ciudades en busca de trabajo, abrazan y aplauden la instauración de su cultura en los términos urbanos.

Las construcciones han sido diseñadas y construidas para los aimaras tanto en su aspecto exterior como en lo que se refiere a los planos internos. Cada uno de los edificios levantados por Freddy Mamani cuenta con un salón de baile, pues los aimaras son muy amigos de las grandes celebraciones; los niveles adyacentes se destinan a apartamentos de viviendas y el piso superior está reservado para el dueño del edificio, que le permite estar más cerca del Alaqpacha (mundo superior), por encima del Akapacha (mundo terrenal).

Aunque sin duda, lo que más llama la atención del trabajo de este arquitecto autodidacta es el aspecto "transformer" que adquieren sus altas fachadas al imprimir sobre ellas los motivos aimara bañados en colores neon y rematados con cristales espejados que reflejan el cielo azul de Bolivia, recupera la esencia de la cultura andina.

Un paisaje de ciencia ficción que Freddy Mamani Silvestre ha convertido en una seña de identidad de la cultura tradicional aimara de Bolivia.