¿Qué es Sumi-e y cómo aprender la técnica de pintura japonesa?
La ilustradora Flor Kaneshiro nos habla sobre la pintura sumi-e, la técnica de ilustración japonesa de origen chino
El sumi-e es una técnica artística oriental muy particular que no busca el detalle y la precisión sino, más bien, la expresión desde la espontaneidad. Se propone como una herramienta a través de la cual podemos ejercitar una filosofía de vida que trasciende el papel. Con pocos materiales y ejercicios muy concretos, esta forma de pintar puede abrirnos una nueva forma de vivir la creatividad.
En el vídeo a continuación, la ilustradora de origen japonés Flor Kaneshiro (@florkaneshiro) nos habla sobre el sumi-e, sus características y usos más habituales. También puedes seguir leyendo para conocer su filosofía, sus principales conceptos y qué materiales se necesitan para pintar.
¿Qué es el sumi-e?
Sumi-e es una palabra japonesa formada por los términos sumi, que significa tinta y e, que quiere decir pintura. Se trata de una técnica de dibujo con siglos de antigüedad que llegó a Japón gracias a los viajes de los monjes budistas desde China y que, actualmente, también se combina con otras técnicas para obtener resultados más originales.
Aunque, como hemos comentado, la técnica proviene originalmente de China, donde es conocida como mo-shui, el sumi-e se ha asociado habitualmente a Japón por la popularidad que las ilustraciones con tinta china de este país han logrado en el resto del mundo.
El sumi-e incorpora filosofía y religión, y sus artistas representan sólo lo esencial de los elementos, sin detenerse en los detalles: se trata de una técnica que no busca el realismo, sino evocar sentimientos y sensaciones más abstractos en el espectador. Esta huida del realismo hace que la mayoría de los pintores que la trabajan lo hagan en blanco y negro aunque, en ocasiones, pueda combinarse la tinta negra con otros colores.
¿Qué material necesitas para practicar sumi-e?
Para introducirte en esta técnica necesitas:
- Tinta china en barra: esta se frota contra una piedra plana mientras se mezcla con agua para crear tintas de diferentes densidades que se pueden ir combinando.
- Pinceles orientales: La pintura japonesa se aplica con un pincel de pelo fino y con mango de caña de bambú, lo cual permite la fluidez del brazo mientras la muñeca se mantiene rígida.
- Papel para sumi-e: Se trata de un tipo de papel especial para esta técnica. Generalmente es papel de arroz aunque, eventualmente, se puede realizar sobre maderas o telas.
- Sellos: Los sellos de piedra también se utilizan en esta técnica. Tradicionalmente, los artistas lo utilizan para firmar.
Filosofía oriental
En China y en Japón, la pintura se suele entender como una extensión de la caligrafía. Por este motivo, las pinceladas del sumi-e son suaves y fluidas. A diferencia de otras técnicas, no se trata de buscar el control sino de liberarse. Por esta razón, las pinceladas no pretenden ser figurativas ni detallistas: los elementos que emergen entre las manchas no se fuerzan.
Esto tiene que ver con la filosofía taoísta a la cual hace referencia este arte. El sumi-e busca fluir con el camino, tener una visión más amplia de las cosas sin forzar la realidad. Los valores de este pensamiento son la naturalidad, la simplicidad y la espontaneidad. Quienes utilizan esta técnica para meditar encuentran en la expresión artística una manera de desenvolverse en la vida, de entenderla, para poder encontrar belleza en las circunstancias.
Los elementos principales
La naturaleza es un elemento muy importante en la cultura japonesa en general y en el sumi-e en particular. Sin embargo, no se trata tanto de copiar paisajes sino de conectar el espíritu de aquello que se pinta, para que salga por sí mismo al momento de pintar.
Existen cuatro elementos naturales que se suelen seguir para el aprendizaje de los trazos de la técnica. Estos están extraídos de un manual de pintura chino que llegó a Japón en el siglo XVII llamado El jardín de la semilla de mostaza. A estos cuatro elementos se los conoce como Los Cuatro Honorables Caballeros y representan virtudes, estaciones del año y niveles de dificultad.
- La orquídea, que representa la primavera simboliza, también, la humildad, la serenidad y la modestia.
- El bambú, que está asociado al verano, requiere movimientos muy enérgicos para ser dibujado. Representa la fuerza interior, consistente y humilde.
- El ciruelo en flor, que se identifica con el otoño, es un tronco nudoso cuya textura requiere de mucha agua. De él brotan flores delicadas que deben realizarse con pinceladas muy suaves. Representa la renovación y el renacer constante.
- El crisantemo, vinculado al invierno, requiere conocer todas las técnicas anteriores para ser bien representado. Simboliza la longevidad, la virtud que crece en los desafíos.
El modo de aproximación
El sumi-e exige dedicación pero no tanto para perfeccionarse y llegar a un resultado sino, más bien, para dejarse fluir. La idea es que nuestras manos pierdan su torpeza y que nuestras cabezas se liberen de sus limitaciones. Cometer errores pero encontrar el camino es el mensaje final para dar con la belleza.
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