Animación 2D y 3D: ¿qué son y cuáles son sus diferencias y utilidades?
Conoce las diferencias, ventajas, software y habilidades que necesitas para usar estos dos tipos de animación
Más allá de la obviedad del resultado visual, las diferencias entre los formatos de animación y modelado 2D y 3D tienen implicaciones relacionadas con herramientas, habilidades, objetivos y perfiles creativos.
Para hablar de la importancia de conocer las características y los requerimientos que cada uno involucra, hablamos con Carlos Albarrán, más conocido como Zenzuke (@zenzuke), especialista en en motion graphics y animación, y docente en algunas de las escuelas más conocidas de Madrid.
Orígenes
El nacimiento del concepto de 2D en la animación se halla en el siglo XIX, de la mano de la creación del filoscopio, un formato de libro que contiene imágenes con variaciones graduales aplicadas página por página y que, al pasarlas de forma rápida, crean la ilusión de movimiento:
La tecnología 3D, por su parte, encuentra registro inicial en 1890, cuando el concepto fue planteado por un fotógrafo inglés llamado William Friese-Greene. Sin embargo, es más común encontrar su origen histórico oficial en 1922, con la proyección de la película The Power of Love, considerada la primera cinta 3D.
Profundidad: diferencias esenciales
Empecemos con el punto diferenciador clave entre ambos formatos de representación gráfica. Cuando hablamos de imágenes en formato 2D, nos referimos a imágenes “planas”, pues cuentan solo con dos índices de medición: altura (eje X) y longitud (eje Y). Las tridimensionales, o 3D, poseen además la característica de profundidad (eje Z), característica básica de la forma en que percibimos la realidad.
Esta característica gráfica es definitoria en todos los procesos en ambos formatos. Para entender mejor este punto, es necesario tomar en cuenta que en la animación y el modelado 2D cada elemento debe ser creado y modificado cuadro por cuadro, mientras que en formatos 3D esto no es necesario, pues los ejes están siempre presentes, sin importar el movimiento o manipulación que se le dé al objeto entero de la composición.
Por otro lado, la ausencia de movimiento no suele ser tan conflictiva en las narrativas 2D, pues el ritmo permite la continuidad visual. En cambio, la rigidez en el 3D, aunque dure solo un segundo, parecerá siempre un error.
Formatos y narrativas
¿Cómo saber cuál es el formato ideal para cada proyecto? Zenzuke lo explica así:
Si bien uno puede usar los formatos de forma indistinta, tener conocimientos de 3D te puede aportar mucha más libertad al momento de manipular cámaras, usar perspectivas y buscar transiciones únicas. Incluso a la hora de hacer animación tradicional en 2D, muchas veces se puede empezar en 3D para previsualizar cosas más complejas que luego se terminen en dos dimensiones.
Herramientas
Estos son los programas que Zenzuke recomienda para usar cada uno de estos formatos:
- 2D: After Effects, Illustrator o Adobe Animate
- 3D: Cinema 4D
Aunque Zenzuke usa el 2D y el 3D indistintamente, reconoce que hay una ventaja entre dominar el uso de programas de animación en este último formato:
Aunque se trate de un proyecto destinado al 2D, hay muchas cosas que son más fáciles de hacer en un programa de 3D. Tener la opción de hacer las cosas con distintas herramientas siempre nos dará una ventaja muy grande. Tener conocimientos de 3D le puede venir bien a cualquiera, pues se usa cada vez más en áreas como branding e ilustración, sin mencionar que si lo tuyo es el campo de motion graphics, te estás tardando en aprender a manejar este formato.
Si quieres aprender más sobre animación, te recomendamos que te apuntes al curso Introducción a After Effects de Zenzuke, en el que aprenderás a dominar desde cero este software.
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