El internet de las cosas: un reto generacional
Platicamos con Pizu sobre orígenes, significados e implicaciones de la evolución de las tecnologías aplicadas a internet
El Internet de las cosas –IoT, por sus siglas en inglés– es uno de los temas más estudiados y debatidos actualmente. ¿En qué consiste? ¿Cuáles son esas aplicaciones que benefician a las sociedades? ¿Cuáles son sus límites? Para entender más sobre el tema, platicamos con Pizu, analista de nuevas tecnologías, sobre el fenómeno de conectar a internet y operar cualquier dispositivo electrónico sin importar en dónde te encuentres.
El principio
¿Qué es el internet de las cosas y qué ha significa para las sociedades?
Para hablar de internet de las cosas, imaginemos sensores de todos tamaños, tecnologías, capacidades y sabores: de movimiento, de altura, de humedad y de temperatura, por ejemplo. Ahora imagina qué dato podrías obtener de cada producto que esté a tu alrededor. Si tu refrigerador o nevera fuera como tal un procesador de datos, podría darte de forma exacta tus hábitos de consumo. Tu reloj, incluso tu ropa, podrían dar muchos datos sobre salud y tu entorno, y así sucesivamente. Si además conectamos la recopilación de estos datos a internet, tenemos entonces una combinación muy poderosa: internet de las cosas.
Esta capacidad de agregar sensores a productos cotidianos está conduciendo una de las revoluciones más importantes en materia tecnológica, ya que se trata de una de los avances tecnológicos que más hemos visto en películas futuristas. Para entenderlo mejor, hablaré de dos ejemplos muy claros de sus implicaciones en lo cotidiano:
- Cambiar la temperatura de tu casa, encender las luces o iniciar el horneado de algo, comandado desde internet.
- La posibilidad de saber qué alimentos te hacen falta, y cuánto debe comprar normalmente la tienda que te surte —y esto seguramente será diferente al consumo de ese mismo producto en otra tienda, en otra zona—. Y ya adivinaste: esto, el internet de las cosas, permite calcular con exactitud y en mucho menor tiempo cadenas de distribución en muchos sentidos.
Mira a Kevin Ashton, creador del concepto del internet de las cosas, dar su propia definición sobre este tema (en inglés):
¿Podrías darnos ejemplos de las aplicaciones en lo cotidiano que consideras más relevantes?
Con el concepto de internet de las cosas, nuestra idea de lo que significa estar conectados, pasó de transferir información entre equipos de cómputo, a dispositivos y objetos interconectados. Algunos de los usos más relevantes que estarán listos (o de hecho ya lo están) y que resultan emocionantes, son:
- Control de tu patrimonio, de tus pertenencias, sin importar a qué distancia de ellas te encuentres.
- El refrigerador o nevera. Esa escena cliché en la que alguien se levanta a media noche para comer algo y solo encuentra un bote de leche medio vacío podría pasar a la historia.
- Todo tipo de electrodomésticos controlables de manera remota, desde tu ordenador o móvil hasta un reloj.
- Un elevador que avisa al técnico automáticamente cuando se atora.
- ¿Qué tal regular automáticamente la temperatura de la habitación de tus hijos o incluso del agua de tu pecera?
¿Y en lo macro? ¿Qué industrias han cambiado su esquema de operación, medición e intereses particulares junto al desarrollo de las tecnologías del internet de las cosas?
Se me ocurren los siguientes ejemplos:
- La agricultura inteligente basada en IoT permitirá el mejor y más puntual seguimiento de cosechas, tanto el momento en que están listas, como el momento en que una variación en el ambiente (temperatura, humedad, etc.) requiera algún ajuste.
- El concepto de ciudades inteligentes está basado en internet de las cosas, Big Data e inteligencia artificial: desde detectar qué periodicidad requiere el camión de basura, hasta el tiempo correcto que deben durar los semáforos de acuerdo con el tráfico (¡adiós policías de tránsito en los cruces de avenidas! Cuando menos en México, no los vamos a extrañar).
- Servicios de salud más ordenados, eficientes y con mayor información para lanzar planes de prevención y control de enfermedades.
- Conectar y comunicar miles de dispositivos, para rentabilizar al máximo la gestión y comunicación.
- Mejorar la productividad de las empresas gracias al seguimiento de todos los objetos que se encuentren conectados a internet, facilitando la recogida de información.
- Facilitar las conexiones en los lugares donde el acceso es complicado.
- Mejorar las condiciones del medio ambiente y un aumento de la eficiencia energética.
Lo bueno, lo malo, lo feo y lo que, quizá, no estamos alcanzando a visualizar
Finalmente, ¿cuál crees que es el reto generacional de análisis, uso y límites que debemos plantear sobre este tema?
El principal problema que enfrenta el avance y desarrollo del internet de las cosas radica en que siendo una tecnología de reciente desarrollo —relativamente—, tiene todavía algunos inconvenientes originados por el mal funcionamiento o inadecuados uso y gestión de los datos, lo cual podría generar un mayor riesgo en cuanto a la privacidad y seguridad de la información.
¿Qué deberemos ver a futuro con mucho mayor recelo? El acceso, consumo y consulta de datos que generan nuestros dispositivos hoy permiten conocer a los consumidores de manera mucho más profunda y granular, y esto, en muchos casos, lejos de ser un beneficio puede representar una amenaza:
- Empresas que utilizan datos personales para determinar la factibilidad de contratación de una persona.
- El consumo de productos que pueden dañar tu salud podría ser un impedimento o complicación en nuestra relación con las aseguradoras.
- Las fronteras de lo que hoy entendemos como privacidad, datos personales e intimidad, serán redefinidas en los próximos años, derivadas precisamente por tecnologías como internet de las cosas, Big Data e inteligencia artificial.
Emilio Saldaña, más conocido como Pizu, tiene más de 25 años dedicado a proyectos vinculados con internet. Dirige Alternativa Digital, empresa mexicana dedicada la integración de soluciones tecnológicas. Es miembro activo de Internet Society Capítulo México, del Colectivo Libre Internet Para Todos y del Consejo AMITI (Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de la Información). Fue Director General Adjunto del Sistema Internet de la Presidencia de la República, y fue parte del equipo responsable del diseño e implementación inicial del portal gob.mx, ganador del premio Reto Estocolmo.
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