Domestika Creativos: Shinji Nagabe

El fotógrafo brasileño habla sobre su proceso creativo, sus series repletas de imágenes irónicas y surrealistas y revela sus inspiraciones

Shinji Nagabe recorrió la senda de muchos fotógrafos de su generación - y de otras anteriores. Empezó con el periodismo de hard news y presenció la realidad a menudo dura de la periferia de São Paulo, urbe donde vivió por algunos años. En su transición hacia la fotografía artística actual, que le dio fama y premios en diferentes países, llegó a dedicarse a una versión más comercial de la disciplina. Poco a poco, alcanzó lo que efectivamente perseguía: un híbrido de arte y relato envuelto por un estilo personalísimo.

En sus series, personas comunes surgen adornadas por accesorios multicolor, antifaces, bananas de plástico, objetos brillantes que contrastan con el árido paisaje de alrededor. El shock y el desconcierto inicial del espectador dan paso a la reflexión. Nada es gratuito: la denuncia de las malas condiciones de vida en las zonas de plantación de la caña de azúcar o el escenario político complicado en Brasil, convertido en república bananera por la mirada irónica del fotógrafo, marcan el tono de su obra junto a otras críticas.

En el siguiente vídeo, Shinji Nagabe nos cuenta un poco más sobre su proceso creativo:

Series

La más reciente, "República das Bananas", nació "movida por mucha rabia", como describe el artista. La prolongada crisis política de su país, que derivó en la ascensión de un nuevo y potente conservadurismo y en la exaltación de las armas, se convirtió en una secuencia de retratos en los que los personajes posan con bananas a modo de pistolas o chaleco explosivo. "Yo esperaba polémica por esta serie, pero pronto me di cuenta de que la reacción de la gente era muy distinta: básicamente, se reían. Entran ahí estos elementos de la cultura brasileña, la capacidad de reírse de uno mismo, de volver más ligeras situaciones potencialmente duras", afirma. "La ironía es una cosa muy interesante de trabajar, porque permite abordar temas muy serios, y la gente no se siente agredida."

En trabajos anteriores, como "Imersão" (Inmersión), Nagabe visitó pueblos pobres de zonas de plantación de caña de azúcar en la zona Noreste de Brasil y pulverizó a sus personajes con azúcar. Dulzura y dureza. "Nunca es enteramente planificado. Sé lo que quiero hacer, llevo algún material conmigo, pero la improvisación y el contacto humano serán lo que, al final, determinará adónde se encamine la obra. Abordo a la gente, entro en sus casas, conozco su mundo, y siempre hay historias interesantes. Esto es algo que he aprendido desde mis primeros años como fotoperiodista en São Paulo: al otro lado de la puerta hay siempre un mundo riquísimo", asevera el artista, natural del sureño estado brasileño de Paraná.

Referencias

Los mundos fantásticos y oníricos del americano Duane Michals y los colores vibrantes – y altamente contrastados con el entorno hostil – del brasileño Miguel Rio Branco son dos grandes referencias fotográficas de Shinji Nagabe. "No obstante, mis principales referentes no vienen del universo fotográfico. Son la tele, el cine, la literatura. Por ejemplo, las historias de extrañeza y surrealismo del escritor japonés Haruki Murakami", subraya.

Las propias personas que fotografía, sus personajes, le aportan una riqueza estética inigualable. "Lo que hago es reunir todo ese bagaje que he adquirido en la vida, todo lo que veo en la calle, la gente que encuentro... Me siento como un imán, una aspiradora, juntando todas las referencias y plasmándolo todo en imágenes. Este es mi estilo", define.

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