Hablamos con el estudio español detrás de la última película de Nicolas Cage
El estudio de diseño y postproducción USER T38 ha tenido un papel esencial en los VFX, el color y el diseño del filme de terror Color Out of Space
Cuando hace un par de años el director de culto Richard Stanley anunció que su siguiente película iba a ser Color Out of Space, adaptación de H. P. Lovecraft protagonizada por Nicolas Cage, muchos empezaron a intrigarse ante un proyecto que llamaba muchísimo la atención. Para los amantes del cine fantástico, la combinación de estros tres nombres se parecía muchísimo a la película ideal.
Estrenada en festivales como el de Toronto, el de Sitges o el Fantastic Fest de Austin en 2019 (en España se estrena el próximo 19 de junio), Color Out of Space ha cosechado estupendas críticas, entre otras cosas, por su capacidad para crear un universo lisérgico que traslada al espectador a otra realidad. Un enorme trabajo de VFX, color y diseño obra del estudio español USER T38 (@usert38).
Aunque ya hayan colaborado con cineastas como Guillermo del Toro o Alejandro Amenábar, y cuenten con un reciente Goya a los Mejores Efectos Visuales por su trabajo en Handia, este proyecto fue muy especial para USER T38 desde el principio. Joaquín Gutiérrez, Supervisor de VFX del estudio, nos cuenta todos los detalles en la siguiente entrevista:
¿Cómo os visteis involucrados en este proyecto?
A finales del año 2018 nos contactan desde la productora, SpectreVision. Una de las personas que allí trabaja nos conocía por anteriores proyectos y fuimos su opción dentro de los proveedores a los que habían contactado.
Desde el inicio la premisa fue muy ambiciosa: querían continuar la trayectoria de Richard Stanley y mantener su sello como director de culto. El objetivo era hacer una película de culto para fans del género.
Habéis trabajado en el diseño, los VFX y la corrección de color de la película; vuestra implicación es realmente importante en el resultado final. ¿Por qué creéis que se encargaron todos estos elementos al mismo estudio?
La apuesta por la película era alta en todos los ámbitos y el tiempo para tenerla acabada era muy corto. Nos contactaron en diciembre y la primera semana de enero ya estábamos viajando a Portugal con los primeros diseños. El hecho de centralizar en una sola empresa la preproducción y la postproducción agilizaba mucho todos los procesos y pudo ser una de las razones por la que se decantaran por nosotros. Visto con perspectiva creo que fue un acierto.
¿Qué supuso para vosotros una implicación tan alta?
Para nosotros supuso el proyecto ideal, todas nuestras áreas de trabajo se veían involucradas para un proyecto grande. Era también un reto y un desafío por la urgencia, la clásica locura de la que sabíamos que queríamos formar parte.
¿Cuál es el primer paso que tomáis normalmente en un proyecto de estas características?
Planificar cómo queremos hacer todos los efectos que nos pide el guion. Lo importante es ayudar al director a saber qué y cómo se debería rodar la secuencia para hacer el efecto lo más creíble y estético posible.
Lo primero es que nuestro equipo de diseñadores creen concepts y storyboards para ir visualizando cada escena. Así logramos ir definiendo junto a dirección lo que después vamos a intentar plasmar en la película. Una vez logrado el consenso, estos concepts son muy útiles para todos los departamentos a la hora de rodar: vestuario, efectos físicos, arte...
H.P. Lovecraft es un escritor famoso por su dificultad de adaptación, ¿cómo os tomasteis este desafío?
Con mucha alegría. Muchos de los diseñadores de USER T38 son grandes lectores y entendidos no solo del universo Lovecraft, sino también de cualquier adaptación gráfica o ejercicio visual que se haya hecho sobre él. A nuestro habitual compromiso con cada proyecto se añadió la pasión por representar el universo de un autor muy admirado.
¿Cuál fue la parte más difícil de todo el proyecto?
En primer lugar, la obvia: un autor al que le encantan los términos como innombrable, singular, horrible, inmemorial, arcano... el maestro del horror cósmico, que encima es adaptado por un director tan especial como Richard Stanley, con un mundo interior a la altura del mismo Lovecraft. Es una premisa bastante difícil.
La segunda gran dificultad es la ya comentada de cumplir los plazos. Se acabó de rodar el 10 de marzo de 2019 y recibimos el montaje final a principios de junio. El 15 de agosto acabamos la postproducción de los más de 200 planos de la película.
Otra dificultad añadida ha sido la variedad de elementos que hemos desarrollado: animales full CG, mejoras de efectos físicos que se quedaron cortos, puntos de vista alienígenas... El "monstruo" de la película es un ente que se define por cómo afecta al entorno con múltiples variaciones. No han sido planos estandarizables donde creas un setup y vas repitiendo. Tuvimos que desarrollar varios I+D en paralelo, que valían para un par de planos como mucho.
¿Y la más satisfactoria?
La mayor satisfacción ha sido contar con un equipo de artistas de diseño y de operadores/artistas tanto de composición como de 3D cuyo trabajo, calidad y esfuerzo lo hicieron posible.
Otro punto a resaltar fue crear un vínculo fuerte y una gran comunicación con SpectreVision a través de Josh Waller, y con Richard Stanley. Se convirtieron en parte del equipo y convivieron con nosotros en el día a día, lo que nos permitió acelerar la toma de decisiones.
¿Cómo hallasteis el particular tono púrpura, el “color” al que hace referencia el título?
El primer día que nos sentamos con Richard a hablar sobre la película nos presentó una paleta de colores que iban del magenta al violeta. Lo tenía clarísimo desde el inicio.
Dentro de USER T38, ¿cuánta gente y de cuántos equipos diferentes se ha visto implicada en el proyecto?
Todos los departamentos de los que disponemos: 5 diseñadores, 7 CGI artists entre modeladores, animadores y generalistas, 8 nuke artists y 2 coloristas. Sin olvidarnos de los compañeros de producción, que fueron esenciales para no perder ni un minuto y nos guiaron durante todo el proceso.
Además, en USER T38 tenemos una gran versatilidad; Sergio Rozas, por ejemplo, editó, diseñó y supervisó en set durante esta película. Estas capacidades ayudan mucho a crear un equipo organizado y resolutivo que saque adelante los trabajos, minimizando los agobios y sobresaltos.
¿Cómo era vuestra comunicación con el director y el resto del equipo?
Desde el minuto uno comenzamos a trabajar en la conceptualización de la película, mientras Richard trabajaba en la preproducción del rodaje. Por ese lado, tuvimos la libertad inicial de proponer cosas que reflejaran las charlas previas con Richard. Apostamos fuerte metiendo muchos diseñadores coordinados por un director artístico, Raúl Monge, que crearon mucho material con mucha calidad en tiempo récord, lo que nos permitió formar el estrecho vínculo con los productores y el director.
Además, todo ese trabajo era compartido con nuestros supervisores de CGI y VFX y nos permitió adelantar mucho antes incluso de tener rodado nada.
¿Sentís que es un proyecto que por sus particulares características y expectación os ha llevado más allá como compañía?
El tiempo lo dirá. El esfuerzo invertido en este proyecto nos ha permitido establecer una relación inmejorable con la productora, que nos tiene en cuenta para sus futuros proyectos. Lo que está claro es que es uno de los proyectos que más nos ha exigido e ilusionado.
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