Javier Mariscal: mítico ilustrador y diseñador español, en Domestika Maestros

Hablamos con uno de los ilustradores españoles más importantes del siglo XX, un Premio Nacional de Diseño capaz de hacernos sentir de nuevo como niños

Javier Mariscal (València, 1950) tiene, literalmente, mil cosas en la cabeza al mismo tiempo. Enfrascado en decenas de proyectos a sus casi setenta años, el ilustrador y diseñador es capaz de pasar de un tema a otro con una habilidad pasmosa, desde su enamoramiento con la ciudad de Barcelona hasta su fascinación por la tecnología digital.

Popular internacionalmente por ser el "padre" de Cobi, mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona '92, el estilo único de Mariscal va mucho más allá de su creación más conocida, trufando desde taburetes hasta hoteles, pasando por portadas de revistas, cómics o decoración.

Visitamos a Mariscal en su estudio de Barcelona, un paraíso del diseño lleno de ilustraciones vanguardistas, decenas de muñequitos y otros objetos creados por él y su equipo, para repasar su emblemática trayectoria y descubrir qué esconde una de las cabezas más inquietas del panorama internacional.

Del cómic al diseño

Aunque Mariscal nació en València, su espíritu inquieto hizo que pronto recalase en Barcelona, una ciudad que por su proximidad a Francia le pareció un soplo de aire fresco en una época más oscura para España. Allí se inició dibujando cómics underground con otras figuras de la época, como Nazario, que luego vendía por algunas monedas. Aunque pronto ampliaría sus horizontes hacia el diseño, su estilo colorido, lleno de líneas curvas e inocente le acompañaría durante el resto de su carrera.

Una de sus obras más reconocidas durante los ochenta fue su diseño 'BAR/CEL/ONA', un poster promocional para la ciudad con el que quiso dar una vuelta a los habituales souvenirs, y que con su extraordinaria capacidad de síntesis consigue transmitir toda la identidad visual de Barcelona con apenas unas letras. Pero su mayor creación para la ciudad todavía estaba por llegar...

Cobi, una mascota para todos

Aunque él mismo reconoce que nunca se vio como representante de algo oficial, Mariscal decidió presentar sus diseños al concurso para hallar a las mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona '92. Para su sorpresa, acabó ganando, y Cobi se convirtió en uno de los personajes más populares de la España de principios de los noventa, además de marcar un antes y un después en el diseño de mascotas olímpicas.

Con su personaje, Mariscal quiso huir de la forma atlética y los héroes imposibles, buscando un diseño amigable y cercano, con el que cualquiera pudiese identificarse. Cobi no es un héroe casi de mitología, un atleta inalcanzable. Es alguien que puede hacer todos los deportes que compiten en las Olimpiadas, sí, pero como una persona normal. Un Cobi "con pancheta", o con barriga, como a él le gusta decir, que por su simpatía y simplicidad conquistó todos los formatos imaginables.

En tiempos recientes, Mariscal ha seguido creando y explorando nuevos terrenos, como muestra su colaboración con el cineasta Fernando Trueba en la premiada película de animación 'Chico y Rita', nominada a los Oscar y ganadora de un premio Goya, o sus múltiples trabajos para marcas como Camper o Codorníu.

Un artista “multidisciplinar”

Su trayectoria no ha estado exenta de dificultades. Aunque al hacer una retrospectiva de su carrera, citamos su capacidad con distintos tipos de actividades artísticas (dibujo de cómics, ilustración, diseño…) como un gran logro, no siempre fue considerado así.

Mariscal confiesa que los dibujantes de cómic le decían dejara de hacerlos y se centrara en la pintura, que era “lo que se le daba bien”. Por otra parte, los pintores le recomendaban que dejara de pintar para centrarse en otras cosas, ya que “nunca llegaría a subir el escalón del arte con mayúsculas”.

Hasta que no encontró y empezó a utilizar la palabra “multidisciplinar” para poner en valor su trabajo, su gran capacidad parecía una desventaja en lugar de un regalo. No obstante, el tiempo y una carrera llena de obras icónicas han probado que no tiene nada de malo sentir curiosidad y pasión por distintas disciplinas, y que ser multidisciplinar no significa ser peor en muchas cosas, sino todo lo contrario.

Gracias a esta innata curiosidad, puede presumir de cosas que muchos artistas serían incapaces de hacer: desde diseñar logotipos, bolsas de tiendas o una portada para The New Yorker, hasta diseñar muebles para Memphis en Milano, lámparas, esculturas, taburetes o sillas.

La creatividad es mirar las cosas de otra forma

Al final, para Mariscal, mantenerse creativo es mantenerse vivo. Él considera que todos los niños del mundo, independientemente del sitio de donde procedan o la cultura a la que pertenezcan, nacen jugando. Y es ese “juego” es un lenguaje simbólico, potentísimo, que nos mantiene creativos - hasta que la escuela y otras estructuras sociales nos coartan esa libertad y alegría de pensamiento.

Es esa manera de pensar la que busca recuperar con su arte. Contra las imposiciones y los corsés, el suyo es un estilo libre, colorido y lleno de vida, que encuentra la magia en lo cotidiano. Quizá por eso, para este mito del diseño contemporáneo, un mechero no es un mechero, sino un avión de la Segunda Guerra Mundial con el que poder vivir miles de aventuras.

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