Domestika Creativos: Masquespacio

El estudio de diseño, interiorismo y producto nos abre las puertas de su espacio para hablar del valor de las ideas y de cómo conseguir un buen cliente

Masquespacio (@masquespacio) nació hace 9 años de la mano de Ana Hernández y Chris Penasse, pareja personal y profesional, que decidió dar un paso en su carrera y empezar a construir lo que los demás no hacían. Cuando conversamos con Ana y Chris dos adjetivos están presentes: valentía y esfuerzo, dos valores que les construyen como marca.

Trayectoria: de cero a cien

Durante su trayectoria han vivido de todo: de nacer en plena crisis económica y repartir flyers puerta a puerta esperando a un buen cliente a ser reconocidos internacionalmente con premios como el “Diseñador de Interior del año” concedido por la revista T Magazine (The New York Times Magazine Spain).

Reconocen desde la humildad, que una cosa no habría sido posible sin la otra, y ser autodidactas en este negocio les ha traído muchos dolores de cabeza, pero también muchas alegrías. Hablan de Masquespacio como el fruto de un largo proceso de creación y ahora, con un equipo pequeño y las puertas del mundo abiertas de par en par, no pueden estar más felices.

La diferenciación, el éxito y el respeto

Reflexionan sobre el color, las formas geométricas, el handmade y el low cost. Hablan también de transmitir emociones con cada espacio, de entrar en la mente y en el corazón de quien lo vaya a habitar. No importa si es un restaurante, un hotel o una boutique; lo realmente importante es que su lanzamiento sea un éxito para el cliente. Solo entonces será también un éxito para el Estudio.

Cuando sale en la conversación la palabra cliente, la usan con respeto y aprecio. "A un buen cliente hay que darle un fuerte abrazo" asegura Ana, que sabe lo difícil que es encontrar uno. Hay que tratarlos con mucho respeto, puesto que "el diseño de interiores es un área donde se invierten grandes sumas de dinero", advierte Chris. Saben darle importancia a las cosas que lo merecen y es algo que marca la diferencia.

El valor de las ideas

Si hay algo que les gustaría cambiar, a Ana y a Chris, es el valor que se da a las ideas. Afirman que algo intangible es muy difícil de sopesar, que es muy complicado que alguien pague por una idea, por una propuesta… Pero están luchando por conseguirlo, porque se valore el proceso y no solo la ejecución, de un proyecto.

Por ello, hablan de hacer el cambio desde la educación. De enseñar a maestros y a estudiantes a ponerse en valor a sí mismos y a motivar las ideas de los demás con esfuerzo y recompensas.

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