Andrés Mañón: Aliens, glitter y ornamentación como acto de resistencia queer
Mañón es un fotógrafo mexicano que crea mundos ideales para todas aquellas personas que alguna vez se han sentido excluidas, rompiendo estándares por medio de la fantasía
Artista de 24 años originario de la CDMX, Andrés Mañón estudió fotografía en la Escuela Activa de Fotografía. Su interés por este mundo lo comenzó a desarrollar ya en secundaria, época en la que empezó a usar Photoshop movido por distintos tutoriales que enseñaban a construir efectos. Con el tiempo, Mañón tomó la fotografía como medio para canalizar su creatividad e ideas, siendo prioridad la creación de imágenes a partir de sets y personajes, pero sin olvidar la importancia del software como un elemento esencial en su proceso creativo.
Influenciado por todas las manifestaciones artísticas que han surgido en las comunidades LGBTTIQ a lo largo de la historia, particularmente las generadas por comunidades latinas o provenientes de alguna minoría como la escena del voguing de New York en los 80 o la escena queer de la Ciudad de México, Andrés logra imágenes que transmiten un equilibrio entre lo fantástico, el brillo, la crítica y la realidad, cuestionando las limitantes de género y belleza impuestas; lo que lo ha llevado a colaborar para i-D, Revista 192, N.A.A.F.I, CyberWitches y Samsung.
Génesis, 2018.
¿De dónde proviene toda tu inspiración?
Actualmente mi inspiración viene de muchos lados. La nueva ola de artistas queer que han surgido a nivel mundial en los últimos años es una fuente de inspiración constante; es a partir de las conexiones que se crean en redes sociales, ya sea a nivel local o internacional, que las nuevas generaciones hemos podido establecer un lenguaje visual y crear comunidad. También encuentro muy inspirador el lazo creativo que tengo con mi pareja, Marvin Durán: tiene una marca llamada Marvin y Quetzal, y juntos como equipo hemos podido potenciar nuestros medios y complementarnos.
Identifico tres pilares visuales en tu trabajo: Aliens, glitter y lo kitsch, que sin duda potencia la esencia queer que comentas, ¿fue difícil conjuntar estos elementos dentro de una sola estética?
Lo alienígena es algo que Marvin y yo fuimos desarrollando conforme empezamos a trabajar juntos, y que con el tiempo ha ido tomando distintos significados, convirtiéndose en su personaje y también en la figura central de muchas de las fotografías que hemos hecho. Engloba muchos de los ideales que queremos defender a través de las fotos que hacemos, pues representa lo diferente, lo no binario y apela a la fluidez de género al ser un personaje que transita entre lo femenino y lo masculino al mismo tiempo que cuestiona estas nociones. Definitivamente, ha llevado tiempo poder articular el significado que puede haber detrás del personaje del alien, pero no creo que haya sido difícil incorporarlo a nuestro lenguaje visual, es algo que se presentó de manera muy espontánea y orgánica.
En cuanto al glitter y el kitsch, son elementos visuales que siempre han sido muy recurrentes tanto en mi trabajo personal como en el trabajo que he hecho Marvin. La tendencia global en la fotografía de moda actual casi siempre apunta a que todo luzca refinado y orgánico, y es por eso que encuentro en lo kitsch un recurso efectivo para crear contrastes en las fotografías y que el resultado no sea tan predecible. También es la manera en que he podido divertirme con lo que hago y darle sentido del humor.
Croma, 2018
Dentro de este lenguaje visual, ¿existe algo que siempre busques destacar en tu trabajo?
Es muy importante que se me identifique como un fotógrafo queer, y por eso busco que en mis fotografías siempre destaquen el tipo de identidades que me interesa representar, y que la manera en que estas identidades son representadas comuniquen mis ideales políticos en relación al cuerpo, al género y a la diversidad. Cada foto intento que sea un acto de resistencia y oposición a la belleza hegemónica y a los estándares heteropatriarcales opresivos y excluyentes. Por eso el elemento de la fantasía siempre está presente en lo que hago, ya sea en sets o personajes; ya que aún no puedo modificar la realidad que muchas de las personas que retrato sufren a diario, con mis fotos puedo crear una fantasía alrededor donde todo sea mejor y donde no tengan que lidiar con la realidad.
Hay dos piezas que llamaron bastante mi atención; la primera, la fotografía de la chica con tatuajes de flores en el rostro; la segunda, 'Cro as Claude Cahun'. ¿Nos podrías hablar un poco de la concepción y ejecución de ellas
Aunque por lo general mi proceso creativo consiste en trabajar mis ideas y luego buscar modelos que se adecúen a ellas, hay ocasiones en las que me encuentro personas que en automático me inspiran a crear una imagen que gire en torno a aquello que encuentro interesante en ellas o ellos. En el caso de 'Carmen', ella me escribió por Instagram y se me hizo súper hermosa, sus rasgos autóctonos se me hicieron inusuales y por lo mismo quise hacer un retrato que se enfocara sólo en su rostro. Crear una foto donde su cara resaltara de una manera diferente, donde no necesariamente luciera de la manera más orgánica posible, sino que fuera más como una versión hiper-digital de ella.
El autorretrato 'Cro as Claude Cahun' fue una foto que hice para una exhibición colectiva sobre lettering y tipografía. La hice en un momento en que a nivel personal estaba explorando mi fluidez de género y fue cuando me introduje al trabajo de la artista queer Claude Cahun y encontré inspiración para caracterizarme como ella. Quise que fuera una reinterpretación del personaje más que una imitación suya; es por eso que el look fue una mezcla de características suyas y mías.
Carmen, 2017
Conociendo el enfoque en tu obra, la voz y representación que buscas generar con ella, ¿cuál es la mayor limitante que has encontrado en la industria creativa?
Creo que precisamente mi interés por representar identidades que conforman el amplio espectro de la diversidad sexual, y que normalmente son marginadas o exotizadas por el mainstream, es una de la razones por las que actualmente me siento limitado en el medio en el que me conduzco. Aunque existe una tendencia global en torno a la diversidad y la visibilidad de las minorías, en la industria creativa mexicana, particularmente en la industria de la moda, sigue predominando una visión aspiracional eurocéntrica y poco arriesgada.
El tipo de propuesta fotográfica que suele promoverse en las revistas de moda está muy homogeneizada, una y otra vez te encuentras el mismo estilo de foto donde todo luce pulcro y "natural". Dicho lo anterior, creo que muchas veces se me ha hecho sentir que el tipo de imagen que hago no se acomoda a lo estándares necesarios para ser promovido en el ámbito comercial. Mi interés por apostarle a una propuesta fotográfica diferente, así como me ha conducido a tener oportunidades laborales, también me ha traído muchas limitantes, entre ellas la falta de representación.
Sin título, 2018.
Dentro de toda la fantástica diversidad queer, ¿A quién te gustaría retratar? ¿Y por quién te gustaría ser retratado?
Me gustaría mucho poder visitar alguna comunidad muxe de Oaxaca y poder retratarles. Su cultura me resulta fascinante, sería increíble poderme adentrar en sus tradiciones y rendirles tributo a través de mis fotos. Y sobre quién me gustaría que me retratara, el primero que se me viene a la mente es Tim Walker: su trabajo me parece súper inspirador, nadie puede crear atmósferas y ambientes tan envolventes como él.
Para terminar, si tu trabajo fuera un color, ¿cuál sería y por qué?
Rojo. Es un color muy directo, difícil de ignorar y tiene muchos contrastes: puede ser muy romántico y placentero o muy agresivo e incómodo, o todo al mismo tiempo. Creo que mi trabajo suele ser así.
🌹🌷🌹✨, 2017
Claude, 2017
Sin título, 2018
Zyania by CroMa, 2017
⛰🌎♻️ 2019 ♻️🌍🏔, 2018
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