13 artistas plásticos del siglo XX: un viaje por las vanguardias

Sumérgete en el mundo del arte del siglo XX con nuestra guía de 13 artistas que definieron una era, desde Duchamp hasta Klein.

Seguro que te ha pasado: llegas a un museo y te encuentras frente a una obra preguntándote «¿esto puede ser considerado arte?». Si los precursores del vanguardismo pudieran darte una respuesta, te contestarían con un sí rotundo. En el siglo XX comenzó un movimiento revolucionario en el mundo del arte que pasó a denominarse vanguardia y que buscaba precisamente eso, romper con la tradición, dejar de lado lo clásico e, incluso, dar que hablar, provocando estupor a la par que rechazo.

Desde el urinario de Marcel Duchamp hasta los cuadros monocromáticos de Yves Klein, pasando por muchas artistas mujeres que no han tenido el espacio merecido, hoy hacemos un repaso por algunos de los artistas más representativos de las vanguardias del siglo XX.

Marcel Duchamp (1887-1968)

Duchamp fue el punk de la época. Se atrevió a darle un giro radical al arte, llevando los objetos cotidianos a las exposiciones. Bajo un sentido del humor espléndido, firmó un urinario con el seudónimo R. Mutt, lo bautizó como La fuente y lo mandó a la Sociedad de Artistas Independientes para su exposición anual. Lo que en principio se vio como algo espantoso, acabó convirtiéndose en el inicio del arte conceptual. Pintó bigotes a La Gioconda, desafió todos los límites de la época y, en definitiva, construyó un nuevo movimiento riéndose de todo y de todos.

Georgia O'Keeffe (1887-1986)

De nacer en una granja en Wisconsin a exponer sus obras en los museos más importantes del mundo. La vida de Georgia O'Keeffe es digna de película de Hollywood. Su arte es una mezcla de figuración, simbolismo, abstracción y técnicas fotográficas, una amalgama de técnicas que los especialistas del mundo artístico han englobado dentro de lo que denominaron precisionismo o realismo cubista. Si haces una búsqueda rápida en Google, verás que las obras de Georgia O'Keeffe se caracterizan por las flores, pero unas flores con un toque érotico, que recuerdan bastante a una vagina.

Joan Miró (1893-1983)

Joan Miró tenía como musas al subconsciente y al poder de los sueños. Pasando por diferentes etapas vanguardistas, fue convirtiéndose poco a poco en uno de los padres de la corriente que denominaron surrealismo. Con él, pretendía acabar con los métodos convencionales de la pintura. Con el paso de los años, su obra se fue volviendo cada vez más abstracta e, incluso, podríamos decir que se infantilizó, utilizando colores primarios y formas muy básicas. Aún así, creo un estilo inconfundible que se reconoce y se asocia con él en cuanto ves una de sus obras.

Tamara de Lempicka (1898-1980)

A Tamara de Lempicka le tocó vivir durante el periodo de entreguerras y lo hizo de una manera sublime, expresándose a través del arte. Sus obras tienen un toque de glamur, elegancia, modernidad y sofisticación, la convirtieron en una de las precursoras del art decó. Nacida en una familia de la alta burguesía de Polonia, esta artista retrataba la vida de la gente adinerada, que se movía entre el lujo y la decadencia de la época de entreguerras. Tras emigrar a París, se hizo un espacio como pintora de referencia de la burguesía y la nobleza del país, trabajo con el que pudo mantener su elevado estilo de vida. De ahí se mudó a Estados Unidos y México, donde pasó sus últimos días.

Lucio Fontana (1899-1968)

Si vamos a improvisar, ¿por qué no cambiar los instrumentos clásicos del arte? Algo así debió de pensar Lucio Fontana cuando dejó de lado el pincel y agarró un cuchillo para trabajar sobre el lienzo rajándolo en lugar de pintándolo. Aunque su carrera artística comenzó muchos años atrás, no es hasta los 50 cuando crea las obras que lo representan, su serie de tajos, basada en lienzos pintados de un solo color y atravesados con varias rajas o agujeros. ¿Qué representa? Los especialistas lo interpretan como una forma de expresar lo que es el espacio real, cómo se usa lo material en lo conceptual, un espacio de violencia…

Mark Rothko (1903-1970)

Mark Rothko es considerado, junto con Pollock, el representante máximo de la abstracción estadounidense. Sus obras se caracterizan por lienzos enormes en los que se muestran rectángulos de dos o tres colores en los que los límites no están definidos muy claramente. Su objetivo era expresar las emociones universales más básicas a través de estas pinturas y, cuando te colocas frente a una de sus obras, puedes llegar a sentir que lo consiguió. Su serie de pinturas negras (que nos lleva inevitablemente a relacionarlo con una interpretación vanguardista de la época más oscura de Goya) eran el reflejo de una depresión que acabó llevándolo al suicidio con 66 años.

Barbara Hepworth (1903-1975)

Es difícil hacerse conocida trabajando la escultura y más aún siendo mujer, pero Barbara Hepworth lo consiguió. En sus obras se ve el reflejo de su niñez en los campos de Yorkshire, Inglaterra, pero también de las esculturas más primitivas. Además de caracterizarse por un marcado estilo abstracto, los trabajos de Hepworth tienen una característica llamativa e identificativa, los agujeros, la apertura del espacio dentro de la propia escultura.

Willem de Kooning (1904-1997)

Aunque nació en Rotterdam, Willem de Kooning logró coronarse como uno de los artistas más importantes del siglo XX en Estados Unidos. De joven se mudó a Nueva York para intentar triunfar en uno de los escenarios más importantes de la época y, tras mucho trabajo y negativas, lo consiguió. Se fue abriendo espacio en el mundo artístico estadounidense poco a poco, hasta que el MoMA compró una de sus obras y le llevó a lo más alto. Así, logró convertirse en uno de las estrellas del arte figurativo y el arte abstracto.

Lee Krasner (1908-1984)

No es fácil hacerse un hueco en el mundo del arte siendo mujer, menos aún si tu marido es nada más y nada menos que el admirado Jackson Pollock. Sin embargo, el trabajo de Lee Krasner merece un espacio destacado en las listas de vanguardistas influyentes. Luchó contra las dificultades de ser mujer en el sector artístico desde el principio, ya que solo podía estudiar en el Instituto Washington Irving de Manhattan, el único que admitía mujeres en esa época. Se sumergió en las vanguardias, donde encontró su espacio, pero dejó de pintar cuando conoció a Jackson Pollock y se dedicó a vivir para él. Tras la muerte del artista, volvió a su pasión, desarrollando su época más geométrica.

Louise Bourgeois (1911-2010)

La obra de Louise Bourgeois viene de una de las partes más oscuras del ser humano, el trauma. La artista francesa fue de esas personas que utilizan el arte como una especie de terapia a través de la cual canalizar todos sus miedos, sus enfados, sus secretos… Con materiales que van desde el bronce hasta algunos rescatados del mar, creó esculturas en las que expresa sus sentimientos como el sexo, la inseguridad o el deseo femenino. Si has visitado el Museo Guggenheim de Bilbao (o si lo haces algún día), la famosa araña junto a la ría, que bautizó como Mamá, es suya.

Jackson Pollock (1912-1956)

Vivió tan solo 44 años, pero fueron suficientes para coronarse como el creador del único estilo artístico 100 % estadounidense, el expresionismo abstracto. Cuentan que Pollock no sabía dibujar, incluso sus compañeros se reían de sus intentos por representar obras clásicas, y seguramente eso es lo que le llevó a desarrollar este nuevo estilo, que rompía con todas las reglas y que no requería de unos conocimientos artísticos tradicionales. A golpe de trazos gruesos, desordenados y de diferentes colores, Pollock se posicionó en lo más alto de las listas artísticas y sus cuadros se han vendido como unos de los más caros de la historia.

Joan Mitchell (1925-1992)

Otra de las mujeres que tuvo que luchar en un mundo dominado por la presencia masculina fue Joan Mitchell, artista del expresionismo abstracto. Al contrario que muchos artistas que emigraron de Europa a Estados Unidos, Joan Mitchell se mudó de Nueva York a París, donde consiguió que su obra tuviera bastante éxito. En sus obras, se ve una influencia clara del arte de Henri Matisse, a quien admiraba. En 2014, una de sus obras se vendió por 11,9 millones de dólares, lo que la convirtió durante un tiempo en la artista mujer más cotizada del momento.

Yves Klein (1928-1962)

Siempre que veas obras en las que solo se use el azul, podrás apostar que estás ante un trabajo de Klein. ¿Por qué eligió este color? La historia es curiosa y divertida. Klein se encontraba en una playa junto con otros dos amigos artistas, Arman Fernández y Claude Pascal, y decidieron dividirse el mundo entre ellos tres, dando así los primeros pasos hacia el Nuevo Realismo. Arman se quedó con los animales, Pascal con las plantas y Klein con el cielo infinito. ¿Qué hay más azul que el cielo?

¿Te ha inspirado la historia de estos grandes artistas de las vanguardias? Sí, sabemos que faltan muchos artistas importantes, como la mexicana Remedios Varó, los españoles Pablo Picasso y Salvador Dalí y la británica Leonora Carrington. ¿Cuál más habrías añadido tú? Cuéntanoslo en comentarios.

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