'Soda para llevar': fotografía y set design nostálgicos
Este fotógrafo mexicano apela a la nostalgia más profunda de cualquiera que haya vivido y tenga memoria de los 80 y 90.
Soda para llevar es el colorido homenaje que el fotógrafo mexicano Salvador Cueva (@shcueva) hace a su propia infancia. Durante los años 90 era común que los refrescos se vendiesen en bolsas de plástico para ahorrar el coste económico y medioambiental de las botellas de vidrio o de plástico utilizadas actualmente, dejando las burbujas y los colores de fantasía a la vista de todos. Este proyecto en el que su autor ha sido el artífice de todos y cada uno de los elementos que vemos en las composiciones, es la manera en que recuerda la manera de consumir refrescos del pasado.
Pero Soda para llevar es también una crítica a la industria del refresco y a los perjuicios a la salud que causan estos productos –provocando enfermedades como diabetes y obesidad– y al medioambiente, con la generación de todo tipo de residuos plásticos que contaminan los océanos. Una crítica irónica que utiliza el mismo lenguaje que las propias marcas de refrescos utilizan para vender sus productos y que Salvador Cueva ha sabido replicar con elementos corrientes como cartulinas de colores, pegatinas o guantes para fregar.
Siguiendo las directrices que Flaminguettes dan a sus alumnos en el curso Dirección de arte y creatividad en movimiento, Cueva fue construyendo un universo inspirado en décadas pasadas en las que la moda era vestir con chaquetas deportivas de colores brillantes y estampados algo psicodélicos. Para ello se valió de elementos comunes que, no obstante, dan como resultado una ejecución magnífica llena de significado y visualmente atractiva.
Una de las cosas más interesantes es que Salvador Cueva comparte en Domestika todo el proceso de creación de su proyecto Soda para llevar, desde los primeros bocetos y sus fuentes de inspiración, hasta la construcción de los escenarios y el set design.
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