Enora Lalet y el arte de la fotografía gastronómica
La gastronomía local es el pincel con el que esta artista francesa pinta las fotografías escultóricas llenas de color.
El de Enora Lalet es un universo en el que más vale sumergirse con el estómago lleno. Sus obras, a medio camino entre la escultura, la performance, el body painting y la fotografía, tienen como gran protagonista a la gastronomía, que sale de la mesa para convertirse en la fiesta de color que es el trabajo de esta artista francesa.

Desde niña viajó con sus padres por todo el mundo, descubriendo los colores y sobre todo los sabores, de los lugares que visitaban, algunos tan lejanos y exóticos como Tailandia, Indonesia, India o Camboya y otros culturalmente más cercanos como España, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Tras estudiar antropología decidió unir sus grandes pasiones, redescubriendo el mundo a través de su gastronomía, mostrándolo de un modo festivo e inesperado que habla también de las tradiciones y la forma de ser de quienes cada día la cocinan y la disfrutan como suya.

Tomando la gastronomía y la materia prima típica de cada país ha ido construyendo un rompecabezas cultural, un caleidoscopio comestible que deja a la altura del betún los millones de fotografías de deliciosos platos que inundan Instagram o las elaboradas postales que invitan a visitar esos destinos.
















Sus viajes por el mundo han abierto los ojos a Enora Lalet a un mundo de creación lleno de colores y sabores.
0 comentarios