Ulises Garraspa
by pablo matera @pablohumor
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Personajes que nunca pasarán al olvido, porque nunca tuvieron la oportunidad de ser recordados.
Ulises Garraspa, Cantautor, tanguero y poco más.
Ulises Garraspa, más conocido como “Garganta podrida”, nace en Montevideo un 12 de febrero de 1943.
De infancia enrevesada. Con tan sólo diez años, conoce a través de su madre adoptiva a Rolando Bolotti, un antiguo encargado del club nocturno “Las Golosas”. Ulises, encuentra en él a todo un compañero de vivencias y al hermano mayor que nunca tuvo… bastante mayor, por cierto. Con 55 años, Rolando conduce a Ulises por caminos oscuros y malandras para adentrarse en el aventurado mundo de la noche porteña.
Los innumerables vicios nocturnos, convierten a Ulises Garraspa en todo un tanguero de ley. Con tan sólo doce años, antes de perder sus últimos dientes de leche, pierde dos cuerdas vocales a causa de su adicción por los puritos Lesama y nace su mote que lo llevaría a la fama.
En 1956 compone sus primeras letras: “Ginebra y colacao”, “Triciclo oxidado”, “Cometa de papel de fumar” y otros…
Sus poesías llegan a cautivar a más de uno, (a su madre y a él mismo) perdiendo instantáneamente todo su encanto al oír su áspera voz.
A los 14 años conoce a su primer amor: Margarita Larousse “la bombona de Paternal” una vedette en el ocaso de su carrera. Rolando, siempre velando por los intereses del novato artista, se interpone clamorosamente a esta relación, Ulises, enceguecido por los dotes de la supuesta estrella, ignora sus sabios consejos y tras cuatro años de gloriosas vivencias decide romper toda clase de vínculo con su inseparable camarada. Ulises y Margarita se casan ese mismo día. Pero las predicciones de Rolando Bolotti no tardan en consumarse: conflictos, engaños, riñas, ajetreos, más engaños y disputas terminan en una estrepitosa separación, Ulises es abandonado y se lleva la peor parte. Margarita se va y se lleva la nevera.
Un ya olvidado Ulises Garraspa, hundido en la soledad y la depresión compone su última letra. “Margarita”, una canción que como la misma vida de su compositor pasará desapercibida en la memoria del tango.
Ulises Garraspa hace su última aparición en la madrugada radial, en el programa “Dos por cuatro a las cuatro” para interpretar una de sus obras, pero a esas horas la gente duerme y, una vez más, nadie lo escucha.
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