Viaje a Portugal. Parte IV : Peniche, Óbidos y Tomar
by Manuel Pérez Báñez @manuel_pb
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PENICHE
Peniche es un pueblo y una península. Hasta hace bien poco Peniche no era más que un activo pueblo pesquero sin gracia y con un pasado oscuro ya que su impresionante fuerte del siglo XVI conocido como Castelo da Vila tras numerosas restauraciones y usos militares desde su construcción, tiene una reciente y triste historia para los portugueses : fue hasta casi 1970 una cárcel de máxima seguridad para presos políticos durante la dictadura de Salazar. Tras este periodo se convirtió en residencia temporal para los refugiados de las colonias africanas recién independizadas. Ahora es un sitio vistable, en su entrada se muestra la exposición "Núcleo-Resistência" donde exhiben entre otras peizas, sobrecogedoras cartas que los reos escribían a sus familias, en otro ala de la fortaleza, alberga un viejo Museo Municipal.
Actualmente gracias al turismo ha mejorado bastante su imagen ya que Peniche alberga playas magníficas , las más bonitas son Playa Baleal, Playa Medão y Playa Gambôa. Este destino, parece ser, es muy afamado entre los amantes del Surf debido a sus constantes fuertes corrientes y la resaca de la marea, que crean un fenómeno conocido como supertubos , que se produce con bastante frecuencia en algunas de sus playas.
Lástima, como era solo una visita de paso y el tiempo estaba algo inestable, apenas pudimos dedicar tiempo a visitar Peniche y algunos de sus otros atractivos turísticos, históricos y naturales, como la Reserva Natural de Archipiélago de Berlanga, a 10 kilómetros de la costa un enclave con 280 millones de años de antigüedad y con vestigios de numerosos naufrágios en sus costas. Así que la visita se redujo a tomar una cerveza Sagres en una cantina del puerto, un paseo por los alrededores de la fortaleza y el espigón, rodeado de enormes bloques cónicos de cemento, de donde están tomadas la mayoria fotos de esta crónica en Peniche. Otra vez será ...
Óbidos
Nuestra siguiente parada era el atractivo pueblecito medieval de Óbidos a escasos kilómetros de Peniche.
Óbidos uno de los destinos turísticos más atractivos del país, siendo considerado como una de las 7 maravillas de Portugal. Eso se nota nada más pisar sus bonitas calles, como una romería, atiborradas de tiendas de souvenirs con los mismos productos una tras otra y de hordas turísticas que visitan el pueblo unas horas, compran, se hacen el selfie de rigor y se van... Nosotros ciertamente hicimos algo parecido aunque, salvo tomar una bica y unos pasteis de nata, no compramos nada ni nos hicimos selfie alguno je je je.
Personalmente, me horroriza que un bonito pueblo como Óbidos acabe siendo poco más que un gran bazar de los más variopintos productos ( unos autóctonos y otros no tanto ya que te los encuentras en cualquier feria medieval de España o de Portugal : escudos, espaditas de madera y esas chorradas ) y un parque temático lleno de pancartas y banderolas para deleite de amantes del selfies y del turismo de masas.
Decidimos aún así, comer en Óbidos , pero era ya tarde para el horario portugués, por lo que muchos restaurantes ya habían cerrado su cocina o estaban cerrados. Tuvimos suerte que, tras varios y frustrados intentos, en uno llamado curiosamente "Jamón, Jamón" ( que aparecía, parece ser, de los mejores valorados en la biblia del Trip Advisor) nos dejaran in extremis entrar para comer algo. Dado que el sitio era tranquilo y agradable y estaba bien considerado, en verdad nos esperábamos más de este restaurante en cuanto a las comidas servidas, aunque la atención y el trato siempre fue amable. En fin, el precio del turismo.
Por suerte, las masas gregarias de turistas -como llamadas por una voz interior- se concentraba solo en sus calles principales dejando las aledañas practicamente vacías, por lo que pude hacer algunas fotografías sin gente.
Tomar
Y el último destino, del día ya enfilando rumbo a España se encontraba en la histórica y céntrica ciudad de Tomar, famosa especialmente por el suntuoso e impresionante Castillo de Tomar, erigido en el siglo XII por la Orden de los Templarios. En el interior de dicho castillo se encuentra el Convento de Cristo, una auténtica joya arquitectónica que mezcla los estilos gótico, manuelino, y renacentista, que a su vez conforma un extravagante testimonio de la historia portuguesa, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este conjunto figura, junto con el Monasterio dos Jerónimos de Lisboa y el de Batalha, entre los monumentos manuelinos más importantes de Portugal. También, por desgracia, ya que llegamos casi a la hora del cierre no hicimos la visita guiada al interior , nos limitamos a dar un paseo por la parasera de la muralla y por los alrededores de este impresionante conjunto para luego tomarnos unas apetecibles cervezas en la terraza de una tranquila y soleada plaza de Tomar: Lástima no disponer de tiempo para conocer esta localidad con más tranquilidad. Igualmente... otra vez será.
Azulejos en una fachada de Tomar
Tras abandonar Tomar nos encaminamos a pasar la noche en la Quinta do Cerquito, en Ferreira do Zêzere.. Un lugar realmente bonito y apacible enclavado en una hacienda agrícola, con todo el encanto de lo rural, alejado de las masas turísticas. El alojamiento era espectacular, espacioso y decorado con exquistez rural, como anclado en la noche de los tiempos. Fuimos a cenar - no tuvimos tiempo de más- a un pequeño restaurante en la próxima localidad fluvial de Dornes, a los pies de un gran embalse, donde vimos un bello atardecer y donde comimos algunas especialidades de la zona como las "Achigã frita com migas de feijão e arroz de tomate" unas percas fritas acompañadas con lo que llaman en Portugal unas "migas" hechas con un tipo de legumbres que se suponen originarias de África , de la África negra con la que Portugal tuvo tanta relación colonial. Y regado además, con un vino blanco alentejano.
Tita, la Dueña y casera de la Quinta Do Cerquito, todo amabilidad, nos obsequió a la mañana siguiente con un suntuoso y casi palaciego desayuno con quesos y mermeladas elaborados en la propia quinta. Lástima solo poder disfrutar una noche ...
Calle de Dornes
Saudade !
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