Viaje a Portugal. Parte II : Lisboa
by Manuel Pérez Báñez @manuel_pb
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Puente 25 de abril Fotografía via http://blog.playandtour.com/
Construido entre los años 1962-66 en plena dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, no fue hasta 1974, tras la Revolución del 25 de Abril, también conocida como la Revolución de los Claveles, que adopta su nombre actual. Es, sin duda alguna, una bonita forma de rendir tributo y dar la bienvenida la ciudad a la democracia y a la libertad.
Tras casi 30 años sin volver a aquella vieja Lisboa de finales de los 80 atravesando el mismo y majestuoso puente 25 de abril y tras unos maravillosos días de relax en una zona costera próxima a Sesimbra, el regreso tanto tiempo después, al bullicio de una gran urbe como Lisboa no pudo ser más desastroso por una cuestión de aparcamiento del coche. No entraré en detalles, solo decir que por un malentendido absurdo originado por una ineficiente señalización vertical y horizontal de una empresa concesionaria de zona azul en una avenida cercana a los muelles, la "broma" - robo más bien- tras aparcar el coche nada más llegar, nos salió por un importante pellizco económico aparte del tiempo perdido (más de una hora) esperando a los responsables de dicha empresa para que nos quitara el cepo del coche para poder ubicarlo en otro lugar, así que empezamos mal nuestron"desembarco" lisboeta . En fin, en todo caso, no quisimos que esta circunstancia nso amargara el dulce e intentamos disfrutar de lo que esta vieja ciudad podía ofrecernos, sin prisas... aunque solo estaríamos dos días y medio. Lo que sigue son solo flashes" fotográficos con algunas instántáneas de esta siempre sorprendente ciudad de luces y sombras, de calles empinadas , azulejos, olores, etc....
Barrio alto. En este castizo y bullicioso barrio lleno de bares de todo tipo y restaurantes también diversos estaba nuestro apartamento tipo dúplex, bien situado y comunicado en un empinado cajellón (beco) sin salida de la Rua Boavista en la parte más al sur del Barrio Alto pero que no recomendaría en absoluto: pequeño, poco ventilado, algo oscuro , una cocina casi de juguete , caro y muy incómodo con unas escaleras muy estrechas para subir y bajar del salón a las minúsculas habitaciones de arriba, por llamarlas de alguna manera . Con diferencia, el peor alojamiento de cuantos hemos estado estos días por Portugal, que han sido unos pocos . En fin, la ciudad ya se sabe , el precio implacable del turismo ....pero lo importante era Lisboa y nos esperaba.
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Que Lisboa es una ciudad que se está reinventado se percibe a los pocos pasos. Nada que ver con aquella gris Lisboa que yo recordaba de tantos años atrás. Uno de sus mejores indicios es que el arte urbano florece por doquier (fotografías de arriba y abajo) . De hecho , he visto guías e itinerarios para disfrutar de las variopintas muestras de arte urbano. La primera muestra con la que me tropiezo es este enorme mural (arriba) hecho con chapas y piezas de automóviles, firmado por el artirta urbano que se hace llamar Bordalo II y del que veré otras piezas en otras zonas de Lisboa.
[Fotografia superior]
Otro síntoma inequívoco de esta reinvención ( como ya ha sucedido en otras ciudades con tanto patrimonio histórico ) es el reciclaje y reaprovechamiento de espacios en deshuso como es el caso del viejo Mercado da Ribeira, ahora reconvertido en el moderno y bullicioso Time Out Market, un sofisticado conjunto de stand y puestos de comida donde los más selectos chefs ofrecen elaborados platos y menús tanto de cocina portuguesa como de fusión o internacional. Con se ve en la imagen, estaba a reventar. Como estábamos algo hambrientos para hacer pasar el mal trago de parking que contaba al incio de esta crónica, nos hicimos un hueco como pudimos en una las grandes mesas comunes y probamos algunos platos, no estaban mal pero el precio bueno...para turistas. El espacio, eso si, espectacular, pero mucha, mucha gente. Y muchos españoles y mucho español ja ja ja . Es Lisboa, es verano ...
Es imposible separar Lisboa de la típica imagen de sus populares ( y turísticos ) tranvías y funiculares, especialmente los "elevadores" que ascienden chirriantes por empinadas cuestas en dirección al Bario Alto y al Chiado. Es una de las maneras más auténticas (y caras, a no ser que te saques una Tarjeta Turística o bonos de transportes, que entonces sí son "rentables" cogerlos) de desplazarse por Lisboa . Dichos ascensores y elevadores están considerados Patrimonio Nacional. El más famoso de ellos es el Elevador de Santa Justa construido, según parece, por un discípulo de Eiffel. Las colas de turistas para subir al mirador son insufribles ( una hora no te la quita nadie) y tal vez - para un servidor- no compense ni el tiempo ni el desembolso . Nosotros, aún así , con la tarjeta turística solo hicimos uso del elevador para cruzar al barrio alto (previa espera de cerca de media hora) , prescindiendo del mirador que requería un precio aparte. No obstante, la ciudad cuenta con algunos ascensores más modestos , igualmente encantadores y que nos pueden ayudar a subir y bajar las colinas de Lisboa sin cansarnos y a vivir la ciudad como metidos en una burbuja del tiempo, pues su interior poco ha cambiado desde que empezaran a funcionar muchos de ellos al finales del siglo XIX ( imagen de arriba)
Elevador da Bica
Elevador da Glória
Ascensor de Santa Justa [ Fotografía: https://www.lisbonlux.com/images/]
[Atarceder desde la pasarela del Ascensor de San Justa]
El de cuatro imágenes más arriba, el "Ascensor de Bica" , el funicular más popular, y también el más empinado, Inaugurado nada más y nada menos que en 1892. Lo teníamos al lado de casa en la Rua de S. Paulo y conduce al Barrio Alto, casi arrastrándose, hasta el laberíntico barrio de St. Catalina y un Mirador animado por algunas terrazas donde tomar una buena bica de café. Una de las maneras más auténticas de desplazarse por Lisboa son los ascensores y elevadores, considerados Patrimonio Nacional. El que sigue debajo es el Elevador de Glória , turístico tranvía que hace un breve pero pintoresco recorrido ( literal , pues está flanqueado de graffitis y muestras de arte urbano en todo su recorrido) ascendiendo unos 260 metros hacia el Barrio Alto , acabando su trayecto en un recomendable Mirador, el de San Pedro de Alcántara , desde donde disfrutar de buenas vistas de la ciudad y bellos atadeceres para amantes de las "postales" turísticas (fotografía más abajo .)
[Dos fotografías superiores]
No lejos del Mirador, se encuentra un local peculiar, distinto a cualquiera que uno haya visto antes, es el llamado Pavilhão Chinês .
El ambiente que recibe a los clientes – una mezcla de turistas y portugueses – es hasta cierto punto misterioso y es que al local se accede llamando al timbre, tras lo cual algún camarero, perfectamente trajeado y como de otro siglo , tiene a bien acompañar al cliente hasta una mesa., pues en principio ves que casi todas están "reservadas". Este halo de misterio y exclusividad es el preludio a un ambiente interior alucinante y un tanto kitsch, según los gustos. Pero vamos, que a un moderno minimalista le sale salpullido en este local ja ja ja.
Es , como dicen algunas guías y reseñas de viajes, de ese tipo de sitios con un encanto difícil de describir con palabras ya que uno únicamente se puede hacer una composición de lugar visitando el lugar en sí. Inaugurado hace unos 25 años el Pavilhão Chinês es un “café-bar” al estilo de los años 20 ubicado en una antigua mercería. Lo que caracteriza a este local del Bairro Alto de Lisboa es el hecho de que es un auténtico museo encubierto, con colecciones de piezas de arte, juguetes, minuaturas, obetos y mobiliario de los siglos XVIII, XIX y XX.. El local en sí se compone de 5 salones, profusamente decorados por vitrinas temáticas del suelo al techo , con un estilo muy clásico,, chapado a la antigua con grandes butacas y divanes, repletos de objetos que componen un mundo en miniatura. Como me dicho, un local excesivamente recargado en donde la decoración inunda muebles y vitrinas, suelos y techos, no dejando ningún lugar sin que la decoración o el arte lo impregne, fiel reflejo del espiritu "horror vacui" barroco . Y además, sirven una amplia gama de tés de todo el mundo y una selecta carta de cócteles. Yo solo pude tomarme una proletaria cerveza Sagres, ya puestos.
[Cervejaria Trindade]
No muy lejos tampoco del Mirador de San pedro de Alcántara se encuentra la que dicen que es la cervercería más antigua de Portugal: la Cervejaria Trindade. Antes ahi se ubicaba el Convento da Santíssima Trindade, fundado en 1294, por lo que acceder a este local ttiene algo de religiosos je je je. Sólo por ver los magníficos paneles de azulejos, la visita a la Cerverjaria Trindade ya se justifica, pero existen otros motivos de interés: sus petiscos, mariscos u por supuesto, la siempre apetecible cerveza, cin una amplia carta para todos los gustos cerveceros. En su ya larga vida fue consumida por un incendio (1708), sufrió un terremoto (1755) y abrió un mostrador de venta al público en 1840, mientras se instalaba una fábrica de cerveza.
Ya saliendo a ciudad abierta, Lisboa es una cuidad para pasear y disfrutar de sus calles y fachadas profusamente decoradas con paños de azulejos de los más variados diseños, técnicas y colores, y por supuesto, de su inmenso patrimonio cultural y artístico, aunque sus empinadas cuestas de acceso a los barrrios altos o más alejados, nos echen para atrás en ocasiones, pero vale la pena la aventura . Aunque el turismo lo devora todo, aún en sus callejones y callejas intrincadas es posible encontrar sitios , tabernas, cafeterías y pequeños restaurantes auténticamente portugueses.
Por ejemplo, el popular y castizo mercado de los sábados de Feira da Labra un extenso y pintorsco rastro algo retirado del centro turístico donde encontrar los más variopintos objetos, artilugios, utensilios ropa, antiguedades, etc. Yo -como ya viene siendo tradición cada vez que voy a un rastro en las ciudades que visito- no pude resistirme y compré no una cámara fotográfica antigua sino que en este caso el objeto de deseo fue un viejo proyector de diapositivas de Kodak Easman de los años 60 , el Kodaslide Signet 300 Model A. Me encantan estos viejos artilugios ópticos.
Justo al lado, en la Rue do Paraiso, nos encontramos por casualidad un pequeño y auténtico restaurante donde comimos de lujo y a un módico precio, el Restaurante A Parreirinha do Paraiso
Feira da Ladra
Y por supuesto, están las "estrellas" de visita obligada si no nos asustan las aglomeraciones de turistas, pues lo que tiene el turista que va a donde se supone que van los demás turistas : La Torre de Belem y el Monasterio de los Jerónimos. La primera solo la visitamos por fuera porque las colas para entrar eran demasiado. Al Monasterio entramos porque no lo conocíamos con anterioridad y porque teníamos la entraga gratuita incluida en la Lisboa-Card. Las fotografías que siguen dan muestra de este "tour" turístico.
Torre de Belem
Padrão dos Descubrimentos
El Monumento a los Descubrimientos (Padrão dos Descobrimentos) es el típico monumentro "patriótico" que tienen las ciudades de los que en su día fueron imperios "conquistadores" . Se construyó en 1960 para conmemorar los 500 años desde la muerte de Enrique el Navegante. En fin, resumiendo, en este enorme monolito de piedra con forma de carabela aparecen 33 personajes representativos de la época gloriosa y pujante de Portugal como fue la época de los Descubrimentos y las colonias de ultramar .
Y todos miran altivos al río Tajo, el gran Tejo como se conoce en Portugal.
Por último, a modo de curiosidad, escribiendo esta crónica, acabo de enterarme el porqué de su nombre: un padrão es como se denomina en portugués a un monolito de piedra rematado por una cruz que lleva grabadas las armas portuguesas y una inscripción. Se empleaba por los navegantes portugueses para validar la soberanía de la Corona portuguesa sobre las tierras que conquistaban, colocándolo en ellas.
Historias de la historia...
Sobre el Monasterio de los Jerónimos, bueno, poco que decir que no venga en las guías turísticas o de viajes de Lisboa. Como dije, madrugamos y tuvimos suerte de no esperar casi nada de cola. Teniamos la Lisboa Card y y para rentabilizarla al máximo, nos decidimos a realizar la visita, muchos viajeros piensano se quejan que no compensa hacer colas insufribles para ver solo un claustro del todo el inmenso conjunto, en algunas de cuyas alas hay alojados algunos Museos , como el Museo de Etnografía o el de Arqueología, que según parece estan muy "cortitos" de contenido. Resumiendo, es un claustro precioso en el más puro estilo "manuelino", pero vamos, visto un Claustro, visto todos. La iglesia tambien la visitamos, abarrotada de gente, tampoco para tanto pero al menos es gratis y no requiere perder tiempo haciendo cola. Y bueno, las iglesias, son un poco como los claustros ...
Canecillo del Claustro del Monasterio de los Jerónimos
Otra agradable sorpresa fue el paseo de vuelta a casa, recorriendo la zona adedaña al muelle y a la Torre de Belém, donde podemos encontrar interesantes muestras de arte urbano así como ver que están rehabilitando los viejos almacenes para usos culturales como salas de cine o salas de exposiciones.
[Fotografía superior: Sala del Museu Nacional do Azulejo]
Ya antes había comentado la importancia del azulejo en la cultura y en la tradición artística portuguesa, que tan bien se refleja en su arquitectura tanto interior como exterior de sus edificios emblemáticos, iglesias y casas. Dicha importancia se ve reflejada igualmente en su Museo Nacional del Azulejo que aunque podría estar mejor dotado y montado, alberga una importante colección desde los primeros vestigios de azulejos hasta las modernas interpretaciones contemporáneas, siendo uno de los más importantes en su género. Afortunadamente, no tiene colas ya que no se suele incluir en las rutas turísticas más habituales en la capital portuguesa, pero sin duda tiene un atractivo especial. Tomar algo en el patio de su elegante cafetería repleta de azulejos ya de por sí merecería una visita.
Que el azulejo es una institución nacional más de Portugal queda reflejado en algunas de las rutas urbanas del azulejo que se ofrecen al visitante y en las muchas publicaciones fotográficas que se han dedicado a recopilarlos.
[Arriba]
Páginas del libro del coruñes Fernando Veiras Azulejos Padrao . Lo curioso de esta publicación es que fue posible gracias a una campaña de crowdfunding tanto en las redes sociales como entre sus amigos y conocidos.
[Abajo]
Paño de azulejo sobre óxido en una de las salas del Museo
Aledaño al Monasterio de los Jerónimos y en claro contraste arquitéctónico , está el imponente y ciclópeo conjunto del Centro Cultural de Belem que alberga distintas instituciones, ente ellas el Museo de Arte Contemponáneo de la Colecção Berardo que me sorprendió tanto por su selecta colección como la impecable distribución y organización museística.
Escultura de Henry Moore en los jardines exteriores
Escultopintura de Frank Stella, 2009
Impresionante pieza del escultor Anis Kapoor, que me encantó por su fuerza y delicadeza a la vez
Escultura de Niki de Saint Phalle en uno de los accesos al Museo.
Hasta la próxima ...Lisboa. Tenemos que seguir nuestro periblo viajero y poner rumbo a la Península de Peniche y acercarnos a ese pueblo que dicen que es de los más bellos de Portugal y que se llama Óbidos. Miedo me da ....
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