Imatge corporativa de l'aldea de La Loberuela

La Loberuela es una aldea del municipio de Camporrobles, ubicado en la comarca valenciana de Requena Utiel. A pocos pasos se encuentra el límite con Castilla-La Mancha, concretamente, la localidad de Aliaguilla (Cuenca). Las características físicas, de inviernos duros y lejanía de la ciudad, dotan al pueblo de un ambiente de tranquilidad extrema y contacto con la naturaleza.

Con el objetivo de estar presente en canales digitales, la alcaldía pedánea de La Loberuela decide poner en marcha una página web y abrir una cuenta de Facebook. Es por ello, que para dotar a la localidad de una imagen singular, visualmente corporativa y coherente, se apuesta por encargar el diseño de un logotipo para la aldea. Hasta la fecha el único elemento visual identificativo era el escudo que, además de tener poco implantación gráfica, resultaba menos versátil.

Como marca, La Loberuela es la expresión de una cotidaneidad en la que lo físico y lo digital conviven. La aldea es, más allá de la escasez de habitantes, un lugar vivo en el imaginario de aquellos que viven allí cada día, así como de los que veranean o simplemente caminan por sus calles. Esta idea del pueblo como un espacio tangible para todos debía hacerse presente en un nuevo logotipo que fuera reconocible tanto en su versión para impresión como su representación digital en el sitio web y en las redes sociales.

Con el fin de trabajar en la unión de la aldea física y la digital en un solo proyecto corporativo se ha trabajado conjuntamente con la periodista, especialista en redes sociales y análisis SEO, Silvia Guillén López, quien además ha formado parte del equipo de diseño y de la toma de decisiones.

Visualmente, el objetivo primordial era consiguir un símbolo muy potente y permeable, es decir, identificable a simple vista pero con la capacidad de admitir un espectro amplio de variaciones y adaptaciones según las necesidades de la marca.

En cuanto a la ejecución del logotipo el desafío fue evitar que los dos elementos principales de la composición compitieran y se anularan mutuamente. La solución fue crear con pocos trazos dos figuras independientes, separadas tanto por el color como por la forma. Aunque el símbolo está compuesto por el contorno de un pino y la faz aullante lobo, es éste último elemento el que tiene más entidad por su complejidad y por estar ejecutado con la misma gama cromática que el nombre de la aldea; un guiño a la principal seña de identidad respecto al municipio.