El guía de Comala
by Mauricio Reyes @mreyes2150
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El Guia de Comala
Era una mañana soleada del mes de abril en el pueblo de Comala, mi esposa y yo decidimos ir a conocer un estanque de agua que estaba cerca -según nos enteramos en el mismo pueblo- era un venero de agua que prometía tener aves y hermosas vistas para fotografiar, así pues abordamos el auto y nos dirigimos al sitio al que llegamos pronto y sin contratiempos. En el lugar no encontramos alguien que nos orientara, solamente estaba un perro que tenía un parche negro en el ojo derecho que lo hacía lucir como un pirata y que se levantó al vernos descender del auto, bonito perro bien mirado, robusto, de mediana alzada y que nos observaba con cierto interés, nos movió la cola como si nos conociera y nosotros le devolvimos el saludo con una sonrisa y una leve caricia. Empezamos a caminar hacia dentro de la propiedad por el único camino que encontramos, siguiendo los sonidos que provenían del murmullo del correr del agua de un arroyo que encontramos , en realidad más bien seguíamos al perro que parecía conocer muy bien el lugar además de entender nuestras intenciones y que ya para entonces iba caminando por delante de nosotros. Este Pirata del lugar , a su vez nos invitaba a seguirle , de tanto en tanto se esperaba , para que continuáramos ya que yo me detenía a tomar algunas fotos de las aves que aparecían a nuestro alrededor, nuestro guía nos conducía por el sendero con mucha confianza y seguridad , así continuamos nuestra ruta, como se solía hacer no hace mucho tiempo -pensé yo- hombre y animal recorriendo senderos , compartiendo el espacio y el tiempo , alegrías y temores , rutinas y sorpresas, la vida misma. Así llegamos a los veneros y al estanque prometido donde había muchos árboles alrededor, flores, algunas aves cantando y volando de rama en rama, algunos patos nadando también, se percibía una inmensa tranquilidad en el lugar en donde el Pirata nos acompañó en todo momento y siempre estuvo muy atento a nuestros movimientos, en ocasiones guardando una prudente distancia de nosotros y otras acercándose un poco más, así fue el recorrido por el lugar , fotografiando y observando el lugar y las aves , había un par de garzas, un Martín pescador , gorriones y jilgueros , palomas, y otros. Pasado un tiempo y a la distancia vimos una familia con unos niños y un perro que disfrutaban del sitio también.
Que instantes inolvidables de paz y tranquilidad mientras el Pirata permanecía cerca y lejos, respetando nuestra estancia y compartiendo su espacio, por momentos se acercaba y se echaba cerca de nosotros y en otros se alejaba a explorar y examinar algún objeto extraño que captaba su atención. Al cabo de un tiempo, cuando decidimos emprender el regreso, él lo advirtió todo de inmediato, entendió que era momento de partir y de la misma manera que nos recibió cuando llegamos nos acompañó de regreso al auto, le dimos unas galletas y abundantes caricias, él nos agradeció con su mirada y su cola y se echó de nuevo –en el mismo sitio donde lo encontramos al llegar-a observar con su mirada siempre fija en nosotros como abordamos el auto y nos alejábamos del lugar.
Este Pirata fue sin duda el mejor guía que podíamos encontrar en estos veneros y estanques, sentí algo de pena por la despedida de nuestro guía, como cuando uno se despide de un viejo amigo, me llama la atención que este perro ha aprendido a granjearse la voluntad de las personas que acuden a este sitio y como sabe él dar momentos inolvidables para nuestras vidas, con buenos modales, dándonos espacio y por momentos su cercanía y atención, además de mostrarnos el lugar y decir muchas cosas sin decir nada, sin duda este Pirata es el verdadero dueño de este lugar y nos permitió por unos momentos disfrutar de su propiedad y compañía.
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