Macros fascinantes y provocadores por Marius Sperlich

A través de impresionantes macros de bocas femeninas, Marius Sperlich juega con el significado de la fotografía.

La fotografía, a lo largo del tiempo, ha ido viendo cómo se desarrollaba un movimiento de artistas que la utilizan como un medio de transgresión y provocación hacía la sociedad. Basta recordar a Helmut Newton, Richard Kern y Nobuyoshi Araki o, en un plano más contemporáneo, a Marius Sperlich, un joven fotógrafo reconocido por su trabajo en macro dentro de Instagram, quien, con 26 años, el también diseñador, director de cine y músico, ha buscado usar su trabajo revelarse contra del sistema pero, al mismo tiempo servirse de él, siempre por medio de la autoexpresión.

Se inició en la fotografía tomando únicamente primeros planos, pensando en la sensación que se tiene con el amor, cuando se comparte cama con la pareja, estudiando cada detalle de su cara, el cuerpo y lo íntimo que son ese tipo de momentos. Así es como decidió recrearlo a través de la fotografía macro, encontrando una estética donde encajaban labios femeninos, increíbles composiciones y alto contraste.

Poco después, y en una búsqueda de diferenciarse del resto, integraría diversos objetos filosos a sus composiciones, mostrando cuán vulnerables somos como individuos, y cómo esta vulnerabilidad puede crear cicatrices. Así nació su serie más famosa, en la que labios femeninos juegan con objetos extraños e inusuales como píldoras, comida, cerillas e incluso vidrio.

Sperlich tiene un talento como pocos. Es capaz de generar una idea erótica a partir de la comida a través del pop art y el glamour. Glorifica y resalta el cuerpo femenino en una nueva forma de liberación para la mujer a través de la libertad corporal, lo que algunas personas han cuestionado, ya que sus fotografías podrían parecer ofensivas y objetizar a la mujer. Sin embargo, este es un aspecto que el fotógrafo cuida mucho, trabajando sus ideas trabajando codo con codo con su maquilladora principal Joanna Bacas:

"Por un lado, estoy feliz de que la gente preste atención a mi trabajo y tenga opiniones al respecto, me hace darme cuenta de que tengo voz. Pero, por otro lado, esto hace que mi trabajo sea un poco más complicado y menos espontáneo. Al final del día, la interpretación de la gente sobre mi trabajo es asunto propio".

Todas las imágenes pertenecen a Marius Sperlich.