Cómo (sí) realizar una oferta de empleo para un ilustrador.

Hola a todos, especialmente a aquellas personas con el capital suficiente para poder ofrecer trabajo a terceros.

Os traigo aquí una pequeña guía de que hacer y que no hacer al intentar contratar a un ilustrador, para ahorraros tiempo a vosotros mismos y a todos aquellos que quieran acceder al puesto que ofertáis.
Sin más preámbulos, os presento la magnifiquérrima guía de...

CÓMO NO ME CONVERTÍ EN UN EMPRESAURIO DE EL TRES AL CUARTO

1º Redacta correctamente y tómate tu tiempo
No necesitamos más proyectos imposibles con la palabra "urge" atada al título de tu oferta. Vas a recibir un aluvión de solicitudes si o si, así que al menos, realiza una criba de selección natural, mediante la descripción exhaustiva del trabajo a realizar. Genera un uso y gestión inteligente en el tiempo de preparación de un proyecto para evitar ir a matacaballo en la búsqueda del ilustrador ideal para el mismo. De la prisa nunca salió nada bueno. El blitzkrieg a largo plazo, siempre acaba regulero.

2º Transparencia absoluta
Si quieres contratar a un ilustrador, por favor, especifica el tipo de proyecto claramente en la oferta. Cuando llegue la hora de ofrecer más información a aquellas personas preseleccionadas, no te ahorres ni un sólo detalle de tu proyecto. Presupuesto con el que contáis, formato, aplicaciones, difusión, volumen de producción, vida útil, especificar que tipo de clientes sois y la naturaleza de vuestra empresa, plazos, derechos que solicitáis, etc etc...

También es menester recordar lo siguiente que me recordó la ilustradora Helena Écija. "Lo que una empresa compra al ilustrador son los derechos de reproducción de sus ilustraciones durante un cierto tiempo o uso determinado y no sus ilustraciones en si para el resto de los restos (a no ser que se negocie así por muchos euretes)"

La falta de este tipo de información, sólo genera desconfianza, confusión y malos ratos para ambas partes, sobre todo en aquellos con menos tablas. Las cosas claras desde el principio. Así, todos saldremos ganando. Sí, todos ¿No suena genial?

3º No pidas presupuesto ni honorarios sin ofrecer la información anterior
Es una falta grave de educación y respeto, el ofertar trabajos en calidad de subasta de talento a la baja. Nadie te puede presupuestar un trabajo de un momento para otro, sin saber la naturaleza concrecta del mismo, el volumen final de trabajo a realizar, la variedad de los mismos, los deadlines, calcular con calma los tiempos que se van a necesitar para llevarlo a cabo y la cantidad de correcciones a realizar (previamente pactada en el contrato) y SOBRE TODO, los usos que se le van a dar a este (Tanto te lucras tú, tanto gana el ilustrador. Una relación directa de Win Win, amigo)

La gran mayoría de ilustradores, a día de hoy, no cuentan con poderes telequinéticos. Hazles llegar un buen briefing y un buen moodbook para que sepan a que adaptarse y atenerse para tenerte contento.

4º Se lo más educado posible, es por tu bien
Si mantienes una comunicación abierta con un ilustrador u otro tipo de profesional preseleccionado para tu proyecto, no cortes la comunicación de buenas a primeras. Cada vez estamos más organizados y el flujo de nombres que figuran en listas negras de clientes maleducados y demás calificativos que empozoñan el buen nombre de cualquier empresa, es más grande y de más fácil acceso. Por tu bien y el de tu empresa, trata bien a todo solicitante de empleo, no vaya a ser que en un futuro próximo, tus negociaciones sean más duras y hostiles con nuevos ilustradores (¿Que cosas, eh? La gente se organiza ante las malas praxis, se crean lazos de compañerismo, apoyo mutuo y acción indirecta) Un mail automatizado de rechazo o de punto y final, suele ser suficiente para formalizar el cese de las negociaciones en primera instancia casi siempre.

Espero que este texto te sea de mucha utilidad en tus proyectos venideros y tu búsqueda del ilustrador/a perfecto para tu proyecto.

La economía del país, la salud de los trabajadores y la tranquilidad de tu sueño, te lo agradecerán.

¡Y recuerden!
¡Un saludo a todos!

PD: Todos los compañeros que os animéis a comentar, podéis proponerme cambios en esta pequeña guía de educación laboral para evitar convertirse en un empresaurio de medio pelo.